lunes, 14 de abril de 2008

FELICIDAD PROFUNDA

. INFELIZ; EL ESCLAVO Y CAUTIVO
que se deja estar


Con estas mismas palabras, esclavo y cautivo, sugiere san Juan de la Cruz cuál es la causa de mi infelicidad. Si me vuelvo dependientes respecto al tabaco, el alcohol, la droga, los juegos de azar, el trabajo, el estrés, la neurosis, el sexo, el enamoramiento, la persona amada, la propia perfección moral, las prácticas religiosas, etc., no puedo ser feliz.

Si enajeno mi libertad, dejo de comportarme como persona libre. Caigo en una regresión pavorosa. No sólo me vuelvo a inmaduro e infantil, sino que adopto la condición de objeto o cosa. Esto lo consigo al dejarme poseer, dominar y destruir por un ser humano, por un pensamiento, sentimiento o acción, lo mismo que por un objeto, un rol social, la moda, etc. Así, incluso bajo apariencias de bien, me degrado mi valor y dignidad de mi naturaleza humana.


La libertad personal convertida en cadena

Cada uno de nosotros es persona en cuanto aparece como un ser
1) único e irrepetible,
2) responsable,
3)libre,
4)Capaz de aprender a amar.

En cierta manera, el centro de esta raíces judeo-cristiana del hombre consiste en la libertad
Ante los demás o ante Dios, somos responsables de nuestra libertad para amar. Si carecemos de libertad, no somos responsables de nuestros actos.
Cuando nos advierte así primero debe venir la responsabilidad, que nos compromete éticamente con los demás, para que no haga que no hagamos de la libertad personal una prisión que nos encierre
como ocurre en nuestro tiempo, dentro del individualismo y del egoísmo. No obstante que pongamos el acento en la responsabilidad, el hecho de ser libres sigue siendo fundamental. Y cuando eliminamos la libertad o la vendemos o la encadenamos, degradamos vergonzosamente nuestra condición de personas. Al rebajarnos de este modo, no sólo nos volvemos infelices, sino que, hasta cierto punto, ponemos en peligro nuestro equilibrio mental, ya que pervertimos la misma realidad.


Perversión de la realidad

Esta expresión no se halla en el lenguaje sanjuanista. Sin embargo él nos la podría sugerir. De diferentes modos da a entender que nuestra servidumbre trastorna -en nuestra cosmovisión y comportamiento- el orden verdadero del universo.
Si utilizamos la figura de la transpersonalidad, podremos representarnos mejor lo que hacemos con nuestras dependencias. Cuando Yo ato mi libertad a alguna cosa o persona, pierdo mi capacidad de infinito. Cerramos nuestra dimensión parabólica. Fabrico mi propio mundo. Me encierro en la figura elíptica que me simboliza el yo prisionero de mí mismo. En razón de la dependencia o adicción respecto a una criatura, nos convertimos en esclavos.
En este gráfico pongo una línea recta desde el centro del yo hasta el punto

que sería la tierra con todos sus bienes. Uno de éstos podría ser la riqueza. El avaro sustituye su núcleo personal con el dinero. Y al mismo tiempo que convierte su yo en un calabozo con muros de oro, se constituye a sí mismo en el centro del universo.

Aunque las líneas punteadas, que indican apertura y comunicación se han cerrado, el universo-sigue existiendo con toda su realidad. Sólo que ha sido pervertido por el avaro. El cual, con su comportamiento y actitudes, coloca todo en la órbita del dinero con que ha llenado su corazón. La familia y los amigos, la sociedad y la humanidad, la vida misma y todo el universo han sido manipulados por el afán de lucro. La realidad entera es utilizada para aumentar el propio capital y fortalecer la actitud de avaricia.
La adicción al dinero, igual que otras formas de dependencia, distorsiona también nuestra relación con el verdadero Absoluto que es Dios. Al volvernos adictos seguimos teniendo un absoluto. No podemos prescindir de él en nuestra vida. Sólo que, deformando la realidad, le damos valor absoluto a una criatura relativa. A ésta la hemos convertido en un absoluto falso.

En cambio, al verdadero absoluto lo tratamos como algo relativo. Lo reducimos a un objeto más. Tal vez hagamos oración y hasta participemos habitualmente en actos religiosos. Sin embargo, es probable que con esta falsa religiosidad estemos rindiendo culto al dinero o a cualquier otro ídolo que nos hayamos fabricado.

Debido a la dependencia afectiva y existencial, las criaturas dejan de transparentarnos a Dios y de conducirnos hacia El. Las hemos transformado en prisión y cadenas. De suyo son buenas y necesarias para vivir y para caminar hacia Dios. Pero, porque las usamos idolátricamente

te, sustituimos a Dios con ellas. Y, lo peor del caso, es que les ofrendamos una entrega radical que sólo Dios se merece. Entonces les sacrificamos -igual que hace el avaro respecto a las riquezas-, nuestra familia, amistades, religión, felicidad, bienestar, salud e, incluso, la propia vida.

Pensemos en los alcohólicos, drogadictos, adictos al juego, al trabajo, al poder, a la fama, al tabaco, etc., y comprobaremos que, en efecto, nuestras dependencias nos llevan a sacrificarlo todo. Al usar las criaturas para nuestras idolatrías, dejamos de poseerlas. En consecuencia, ellas nos dominan, poseen y esclavizan. Y así el adicto, "en tanto que tiene de ellas algo con voluntad asida, no tiene ni posee nada, antes ellas le tienen poseído a él el corazón; por lo cual, como cautivo, pena" (3S 20,3).

En Alcohólicos Anónimos, lo mismo que en otros grupos anónimos de adictos, se reconoce la necesidad de buscar la ayuda de un Poder Superior, si uno se quiere ver libre de sus dependencias. En el segundo de los doce pasos de A.A., se dice: "llegamos al convencimiento de que sólo un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio".

Más adelante, cuando entran en el paso tercero, ya se atreven a darle el nombre de Dios a ese Poder Superior. Al principio no usan el nombre de Dios porque muchos alcohólicos lo rechazan. Pero una vez que han sentido su ayuda poderosa, aprenden a entregarse a El, que es el verdadero Absoluto. Por cierto, en éstos y otros grupos de adictos son respetadas las diferentes creencias religiosas. Por este motivo, ya en el tercer paso, aclaran:
"Decidimos poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios, tal como nosotros lo concebimos".
Mientras subsiste la adicción a algo o respecto a alguien, la relación con ese Dios que nos ayuda, resulta casi imposible. La razón consiste en que a Dios no lo tratamos como Dios, sino como un objeto más, que hacemos girar en la órbita elíptica de nuestro yo. "Así, el que quiere amar otra cosa juntamente con Dios, sin duda es tener en
poco a Dios, porque pone en una balanza con Dios lo que sumamente dista de Dios" (iS 5,4).
En otro texto, san Juan de la Cruz nos manifiesta una experiencia, en lo que a Dios respecta, muy semejante a la de A.A. Me refiero al hecho de encontrar la libertad en la unión con Dios. Lo cual, según nos aclara el Santo, mientras no cortemos sinceramente del corazón toda dependencia voluntaria, resulta inalcanzable.

"Y, por tanto, no podrá el alma llegar a la real libertad del espíritu, que se alcanza en la divina unión, porque la servidumbre ninguna parte puede tener con la libertad, la cual no puede morar en el corazón sujeto a “quereres”, porque éste es corazón de esclavo" (1S 4,6).


La raíz de las cadenas

Supongo que todos, de cualquier manera, hemos experimentado lo que es una dependencia. En mi adolescencia, por más de un año, empecé a probar la amargura de la infelicidad. Me volví dependiente de las inquietudes sexuales de esa edad. Ahora, sobre todo, reconozco una fuerte adicción respecto a mi yo. Me siento encadenado por él.

Al escribir estas páginas quiero compartir mis ansias de libertad. Igual que los grupos anónimos de alcohólicos, drogadictos, etc., decido poner mi voluntad y mi vida al cuidado de Dios. Y para este proyecto adopto a san Juan de la Cruz como maestro. El me enseña a escuchar y a comprender al Maestro.

En lo que respecta a la esclavitud o dependencia, este Santo es un especialista. Como tal, ha sabido ir a la raíz de toda clase de adicciones, desde las más graves como el alcoholismo y la drogadicción, hasta las más sutiles, como el apego a la santidad personal.

"Porque lo mismo da que una ave esté asida a un hilo delgado que a un grueso, porque, aunque sea delgado, tan asida se estará a él como al grueso, en tanto que no le quebrare para volar. Verdad es que el delgado es más fácil de quebrar; pero, por fácil que
es, si no le quiebra, no volará. Y así es el alma que tiene asimiento en alguna cosa, que, aunque más virtud tenga, no llegará a la libertad de la divina unión" (1S 11,4). -
Aparte del hecho social y ancestral del pecado, que nos predispone a todo tipo de esclavitudes, podemos encontrar una raíz estructural o psicológica en nuestra personalidad.
En este nivel personal las adicciones ponen en juego la propia libertad, las necesidades o apetitos, la vida en su expresión humana. Omito, para mayor claridad, los condicionamientos hereditarios, culturales, sociales y familiares.

El Santo carmelita habla con gran frecuencia de los apetitos. Por regla general se refiere, no tanto a las necesidades en sí mismas, sino a las que se han convertido en adicciones. Estas corresponden, con mayor propiedad, a los apetitos desordenados.

Entonces tenemos claro un hecho: las adicciones se sustentan sobre una necesidad. La satisfacción exagerada, desmedida y desordenada de la misma, se transforma en una dependencia. Necesitamos beber. Pero beber alcohol y en exceso, nos conduce al alcoholismo. Tanto más si, a nivel de enfermedad, estamos predispuestos a caer en él. También tenemos necesidad de asegurar nuestra sobrevivencia. Sin embargo, al afanarnos desmedidamente por acumular riquezas, nos hundimos en la avaricia.

Podríamos repasar todas las adicciones: al sexo, al placer, al juego, al poder, a una neurosis, etc., y, con mayor o menor claridad, descubriríamos que, allá en el fondo, hay una necesidad o apetito.

Además, nuestras necesidades tienen su último fundamento en la vida misma. Cierto, en la vida humana, pero, al fin, vida. Este hecho nos explica la profundidad, el poderío, la persistencia y el dominio tremendos de un apetito desordenado. Las tendencias de la vida: a la conservación del organismo, a la reproducción, a la comunicación, al crecimiento, a la diferenciación, a la autonomía, etc., constituyen las últimas y más hondas raíces de nuestras adicciones.


Para vernos libres de éstas se requiere todo un proceso, humano y espiritual, que nos abra a la ayuda del grupo y al poder de Dios. Al mismo tiempo, el secreto o la clave se encuentra en la libertad personal. Si ésta no interviene reforzando la exagerada y desordenada satisfacción de una necesidad, no caeremos en manos del apetito o adicción. "Los apetitos están en la segunda potencia del alma, que es la voluntad" (iS 9,6).

Esta nos permite aferrarnos a las cosas, pues por medio de ella las miramos "con asimiento de propiedad" (3S 20,2). Y no sólo nos apegamos a las cosas, sino a la adicción en sí (2S 21,12). Peor todavía, podemos tener también "apetitos de propiedad en lo espiritual" (2S 1,1). Por ejemplo, es posible convertir la práctica de la meditación, que ahora está de moda, en una verdadera adicción.

Gracias al apoyo de la voluntad, la adicción o apetito crece, aumenta sus exigencias, se torna despóticamente insaciable. "Porque, como comúnmente dicen, el apetito es como el fuego, que, echándole leña, crece" (iS 6,6).

Al mismo tiempo, como muchos de nosotros sabemos por experiencia, una adicción trae otras consigo. "Y así, casi nunca se verá un alma que sea negligente en vencer un apetito, que no tenga otros muchos, que salen de la misma flaqueza e imperfección que tiene en aquél" (1S 11,5). El fármaco dependiente suele caer también en los excesos del sexo, de la pereza o irresponsabilidad, del egoísmo, etc. Los alcohólicos con que he trabajado, aunque no sean activos en su alcoholismo, conservan otras pequeñas dependencias.

Lo peor del caso, ya en la línea de la felicidad, es que las adicciones se hallan muy lejos de dárnosla. Al contrario, nos hacen infelices.

"Cansase y fatigase el alma que desea cumplir sus apetitos, porque es como el que, teniendo hambre, abre la boca para hartarse de viento y, en lugar de hartarse, se seca más, porque aquél no es su manjar" (IS 6,6).

Además, los apetitos nos llenan de angustia y tormento. Mientras no encontramos lo que deseamos -droga, al-

cohol, sexo, alabanzas, etc.-, nos sentimos desesperadamente angustiados. "La concupiscencia aflige al alma debajo del apetito por conseguir lo que quiere" (iS 7,1).

De pronto, con la satisfacción del apetito, experimentamos gusto. "Porque el apetito, cuando se ejecuta, es dulce y parece bueno, pero después se siente su amargo efecto; lo cual podrá bien juzgar el que se deja llevar de ellos" (1S 12,5).

En concreto, "nunca se contentan" los que se dejan dominar por una adicción, "porque nunca se satisface" (1S 6,6). No se sienten contentos ni menos felices, ya que el apetito es como barril sin fondo, nunca se llena. No les resta sino envidiar a los que, por ser libres, experimentan la felicidad y actúan en la vida con alegría y creatividad.

"Porque éstos que no mortifican sus apetitos, justamente, cuando declinan, ven la hartura del dulce espíritu de los que están a la diestra de Dios, la cual a ellos no se les concede; y, justamente, cuando corren hacia la siniestra, que es cumplir su apetito en alguna criatura, no se hartan; pues, dejando lo que sólo puede satisfacer, se apacientan de lo que les causa más hambre" (1S 6,7).
La totalidad personal encadenada
En la figura elíptica, que describe la perversión de la realidad, se sugiere que la adicción llena el centro del yo. Desde éste resultan negativamente afectadas las diferentes funciones de la totalidad personal.

Entonces advertimos que el cuerpo, lo mismo que los sentidos exteriores e interiores, así como el pensamiento, la memoria y la voluntad, son puestos por entero al servicio de nuestras adicciones. Entre éstas, por ejemplo, cobran un relieve particular nuestros enamoramientos o, según el Doctor Místico, nuestros "quereres". Los cuales son designados también con términos como afectos, aficiones y afecciones.

De la necesidad de estima y sobre todo de la tendencia a amar y ser amados, surge la posibilidad de convertir un





enamoramiento en adicción. Esto era frecuente en la época del Santo, lo mismo que en la actualidad.
"Y ya habemos visto muchas personas a quien Dios hacía merced de llevar muy adelante en gran desasimiento y libertad, y por sólo comenzar a tomar un asimientillo de afición y, so color de bien, de conversación y amistad, írseles por allí vaciando el espíritu y gusto de Dios y santa soledad, y caer de la alegría y enterez en los ejercicios espirituales y no parar hasta perderlo todo. Y esto, porque no atajaron aquel principio de gusto y apetito sensitivo" (1S 11,5).
Está claro que un enamoramiento, lo mismo que otra adicción cualquiera, es reforzado por la libertad personal. Entonces la voluntad, poco a poco, se esclaviza bajo pretextos muy diversos., Uno de éstos podría ser la pretensión de cumplir el mandamiento del amor. En apariencia, sólo se busca entablar una amistad. A la larga, se convierte en un apetito afectivo y sexual.

Un querer de esta índole acapara, en forma exclusivista, todas las energías y funciones de nuestra personalidad. Nos viene a la memoria la persona que queremos, pensarnos en ella, nos representamos sus cualidades e imaginamos diálogos con ella, nos gozamos emocionalmente con ella, nuestro cuerpo llega a excitarse con la figura de ella, la voluntad busca medios y supera los obstáculos para tener un encuentro con ella.
En ésta y otras situaciones de dependencia, encontramos que "la parte sensitiva, que es la casa de todos los apetitos" (IS 15,2), se comporta como una opresora tiránica de la polaridad racional de nuestro yo. Vemos así que la "injusticia institucionalizada" en la sociedad también se instala en la estructura personal. Somos opresores de nosotros mismos. Como si el proletariado de un pueblo se transforma en el opresor de los otros sectores de la sociedad.

En efecto, observamos que las adicciones dominan y controlan la racionalidad personal. "La ceguedad del sen_ido racional y superior es el apetito, que, como catarata y

nube, se atraviesa y pone sobre el ojo de la razón, para que no vea las cosas que están delante" (L 3,72).
"Ciega y oscurece el apetito al alma, porque el apetito, en cuanto apetito, ciego es; porque, de suyo, ningún entendimiento tiene en sí, porque la razón es siempre su mozo de ciego. Y de aquí es que todas las veces que el alma se guía por su apetito, se ciega, pues es guiarse el que ve por el que no ve; lo cual es como ser entrambos ciegos" (IS 8,3).
Si el pensamiento, del que dependen otras funciones psíquicas, está ciego, entonces es normal que éstas también resulten trastornadas en sus operaciones. Una persona que no ve con claridad su mundo externo e interno, en cualquier modo, tendrá tropiezos. El alcohólico, por ejemplo, es víctima de la ceguedad en muchas áreas de su existencia.
"Y en eso mismo que se oscurece según el entendimiento, se entorpece también según la voluntad, y según la memoria se enrudece y desordena en su debida operación; porque, como estas potencias, según sus operaciones, dependen del entendimiento, estando él impedido, claro está lo han ellas de estar desordenadas y turbadas" (IS 8,2).
Si nos detenemos ahora en la memoria, advertimos que al estar llena de recuerdos e imágenes de quien nos hemos enamorado, no tiene habilidad ni claridad para evocar otros valores. "Y menos la tiene la memoria que está ofuscada con las tinieblas del apetito para informarse con serenidad de la imagen de Dios, corno tampoco el agua turbia puede mostrar claro el rostro del que se mira" (1S 8,2).

La memoria en estas condiciones se convierte, por así decir, en el órgano de la infelicidad. A fuerza de recordar nuestros quereres o simplemente las cosas que encontramos por nuestro camino, reforzamos nuestras adicciones, despertamos emociones y pasiones, sacamos conclusiones falsas, etc.



"Imperfecciones a cada paso las hay si pone la memoria en lo que oyó, vio, tocó, olió, gustó, etc.; en lo cual se le ha de pegar alguna afección, ahora de dolor, ahora de temor, ahora de odio, o de vana esperanza y vano gozo y vanagloria, ETC...

Y que se le engendren apetitos, también se ve claro, pues de las dichas noticias y discursos naturalmente nacen, y sólo querer tener la dicha noticia y discurso es apetito. Y que ha de tener también muchos toques de juicios, bien se ve, pues no puede dejar de tropezar con la memoria en males y bienes ajenos, en que a veces parece lo malo bueno, y lo bueno malo" (3S 3,3).

No hacía falta que leyéramos estos párrafos del Santo para reconocer que la memoria, en especial si la usamos para recordar hechos o individuos negativos, es el instrumento con que apagamos la alegría. "Cuántas tristezas y aflicciones" producimos con nuestros recuerdos.

"Y nunca le nacen al alma turbaciones si no es de las aprehensiones de la memoria. Porque, olvidadas todas las cosas, no hay cosa que perturbe la paz ni que mueva los apetitos, pues, como dicen, lo que el ojo no ve, el corazón no lo desea" (3S 5,1).
Cierto, la otra variante de este refrán, ojos que no ven, corazón que no siente, nos resulta de gran utilidad práctica en nuestra vida cotidiana.
En este hecho se apoya la terapia racional-emotiva de Ellis. Si cambiamos los pensamientos irracionales, logramos el efecto, no sólo de generar emociones y sentimientos positivos, sino también de enfrentar más constructivamente nuestra existencia.

Por otra parte, ya hemos visto que la voluntad se halla a la raíz de los apetitos. Los cuales, a su vez, la limitan y dominan. Entonces los adictos nos volvemos incapaces de emplear la libertad para el amor.

"Y así, se van más apartando de la justicia y virtudes, porque van más extendiendo la voluntad en la afección de las virtudes" (3S 19,6).

Anteriormente, en el primer capítulo, recordé que los deleites de la voluntad en las cosas del mundo, compara

dos con los de Dios, "son suma pena, tormento y amargura. Y así, el que pone su corazón en ello es tenido delante de Dios por digno de suma pena, tormento y amargura. Y así, no podrá venir a los deleites del abrazo de la unión de Dios, siendo él digno de pena y amargura" (1S 4,7).

Termino este tema acerca de la libertad convertida en cadena con un trozo del libro Más allá del ego, que desde la psicología transpersonal, nos habla del apetito o adicción con el término apego, al que considera como una forma de condicionamiento.

"Una de las formas de condicionamiento que las disciplinas orientales han estudiado en detalle es el apego. El apego se vincula íntimamente al deseo y significa que el resultado del no cumplimiento del deseo será el dolor. Por consiguiente, el apego desempeña un importante papel en '.a causa del sufrimiento, y para la cesación de ésta es fundamental la renuncia al apego.
Siempre que hay apego
La asociación con él
Trae desdicha interminable.

Mientras seguimos apegados, seguimos poseídos; y estar poseído significa la existencia de algo más fuerte que uno mismo".

No sólo las disciplinas orientales han estudiado en detalle el apego. San Juan de la Cruz, igual que otros místicos occidentales, también se ocupa, en modo muy fino y práctico, de esta fuente de sufrimiento que es el apetito.


La aflicción de no caminar.

Para nuestro Santo cada uno de nosotros es un proceso. Porque somos vivientes estamos sujetos a la ley biológica del crecimiento. Naturalmente tendemos a cambiar, crecer, madurar y fructificar.
Entre otras maneras, este proceso que es cada quien, es sugerido con el verbo caminar. La vida es un camino hacia el AMOR PLENO..JOSE FORBES.TQM

jóvenes cristianos fieles laicos

JÓVENES CRISTIANOS FIELES LAICOS 2008 ss

La realidad de la (familia de FE) Iglesia - Comunión es entonces parte integrante, más aún, representa el contenido central del “misterio” o sea del plan divino de salvación de la humanidad. Por esto la comunión profunda eclesial no puede ser captada adecuadamente cuando se la entiende como una simple realidad sociológica y psicológica.


La Iglesia - Comunión es el pueblo « nuevo », « mesiánico », el pueblo que « tiene a Cristo por Cabeza (...) como condición la dignidad y libertad de los hijos de Dios (...) por ley el nuevo precepto de amar como el mismo Cristo nos ha amado (...) por fin el Reino de Dios (...) es constituido por Cristo en comunión de vida, de caridad y verdad ».


Los vínculos que unen a los hermanos y miembros del nuevo Pueblo entre sí --y antes aún, con Cristo no son aquellos de la « carne » y de la « sangre », sino aquellos del espíritu; más precisamente, aquellos del Espíritu Santo, que reciben todos los bautizados (. Jn 3, 1).

En efecto, aquel Espíritu que desde la eternidad abraza la única e indivisa Trinidad, aquel Espíritu que «en la plenitud de los tiempos» (GAL 4, 4) unió indisolublemente la carne humana al Hijo de Dios, aquel mismo e idéntico Espíritu es, a lo largo de todas las generaciones cristianas, el inagotable manantial del que brota sin cesar la comunión en la Iglesia y de la Iglesia.


UNA COMUNION ORGANICA: DIVERSIDAD Y COMPLEMENTARIEDAD


20. La comunión eclesial se configura, más precisamente, como comunión « orgánica », análoga a la de un cuerpo vivo y operante. En efecto, está caracterizada por la simultánea presencia de la diversidad y de la complementariedad de las vocaciones y condiciones de vida, de los ministerios, de los carismas y de las responsabilidades. Gracias a esta diversidad y complementariedad, cada fiel laico se encuentra en relación con todo el cuerpo y le o/rece su propia aportación.

El apóstol Pablo insiste particularmente en la comunión orgánica del Cuerpo místico de Cristo. Podemos escuchar de nuevo sus ricas enseñanzas en la síntesis trazada por el Concilio. Jesucristo leemos en la constitución Lumen Gentium (Luz de las gentes)) « comunicando su Espíritu, constituye místicamente como cuerpo suyo a sus hermanos, llamados de entre todas las gentes.
En ese cuerpo, la vida de Cristo se derrama en los creyentes (...). Como todos los miembros del cuerpo humano, aunque numerosos, forman un solo cuerpo, así también los fieles en Cristo (1 Cor 12, 12). También en la edificación del cuerpo de Cristo vige la diversidad de miembros y funciones.

Uno es el Espíritu que, para la utilidad de la Iglesia, distribuye sus múltiples dones con magnificencia proporcionada a su riqueza y a las necesidades de los servicios (1 Co 12, 1-11). Entre estos dones ocupa el primer puesto la gracia de los Apóstoles, a cuya autoridad el mismo Espíritu somete incluso los carismáticos (1 Co 14).

Y es también el mismo Espíritu que, con su fuerza y mediante la íntima conexión de los miembros, produce y estimula la caridad entre todos los fieles. Y por tanto, si un miembro sufre, sufren con él todos los demás miembros; si a un miembro lo honoran, de ello se gozan con él todos los demás miembros (1 Cor 12, 26) »


Es siempre el único e idéntico Espíritu el principio dinámico de la variedad y de la unidad en la Iglesia y de la Iglesia. Leemos nuevamente en la constitución Lumen Gentium: « Para que nos renovemos continuamente en El (Cristo) (Ef 4, 23), nos ha dado su Espíritu, el cual, único e idéntico en la Cabeza y en los miembros, da vida, unidad y movimiento a todo el cuerpo, de manera que los santos Padres pudieron parangonar su función con la que ejerce el principio vital, es decir el alma, en el cuerpo humano ».

En otro texto, particularmente denso y valioso para captar la « organicidad » propia de la comunión eclesial, también en su aspecto de crecimiento incesante hacia la comunión perfecta, el Concilio escribe: « El Espíritu habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo (1 Co 3, 16; 6, 19), y en ellos ora y da testimonio de la adopción filial ( Ga 4, 6; Rm 8, 15-16. 26).

El guía la Iglesia hacia la completa verdad (Jn 16, 13), la unifica en la comunión y en el servicio, la instruye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos, la embellece con sus frutos (Ef 4, 11-12; 1 Co 12, 4; Ga 5, 22). Hace rejuvenecer la Iglesia con la fuerza del Evangelio, la renueva constantemente y la conduce a la perfecta unión con su Esposo. Porque el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡"Ven"! (Ap. 22, 17) ».


La comunión eclesial es, por tanto, un don; un gran don del. Espíritu Santo, que los fieles laicos están llamados a acoger con gratitud y, al mismo tiempo, a vivir con profundo sentido de responsabilidad. El modo concreto de actuarlo es a través de la participación en la vida y misión de la Iglesia, a cuyo servicio los fieles laicos contribuyen con sus diversas y complementarias funciones y carismas.

El fiel laico « no puede jamás cerrarse sobre si mismo, aislándose espiritualmente de la comunidad; sino que debe vivir en un continuo intercambio con los demás, con un vivo sentido de fraternidad, en el gozo de una igual dignidad y en el empeño por hacer fructificar, junto con los demás, el inmenso tesoro recibido en herencia.

El Espíritu del Señor le confiere, como también a los demás, múltiples carismas; le invita a tomar parte en diferentes ministerios y encargos; le recuerda, como también recuerda a los otros en relación con él, que todo aquello que le distingue no significa una mayor dignidad, sino una especial y complementaria habilitación al servicio (...). De esta manera, los carismas, los ministerios, los encargos y los servicios del fiel laico existen en la comunión y para la comunión. Son riquezas que se complementan entre sí en favor de todos, bajo la guía prudente de los Pastores ».



Los ministerios (servicios) y los carismas, dones del Espíritus en la Familia de FE.,


21. El Concilio Vaticano II presenta los ministerios y los carismas como dones del Espíritu Santo para la edificación del Cuerpo de Cristo y para el cumplimiento de su misión salvadora en el mundo. La Iglesia, en efecto, es dirigida y guiada por el Espíritu, que generosamente distribuye diversos dones jerárquicos y carismáticos entre todos los bautizados, llamándolos a ser cada uno - a su modo - activos y corresponsales.
22.
Consideremos ahora los ministerios y los carismas con directa referencia a los fieles laicos y a su participación en la vida de la Iglesia familia Comunión.

Los ministerios, oficios y funciones

Los ministerios presentes y operantes en la Iglesia, si bien con modalidades diversas, son todos una participación en el ministerio de Jesucristo, el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas (Jn 10, 11), el siervo humilde y totalmente sacrificado por la salvación de todos (Mc 10, 45).

Pablo es completamente claro al hablar de la constitución ministerial de las Iglesias apostólicas. En la Primera Carta a los Corintios escribe: « A algunos Dios los ha puesto en la Iglesia, en primer lugar como apóstoles, en segundo lugar como profetas, en tercer lugar como maestros (...) » (1 Co 12, 28).
En la Carta a los Efesios leemos: « A cada uno de nosotros nos ha sido dada la gracia según la medida del don de Cristo (...). Es él quien, por una parte, ha dado a los apóstoles, por otra, a los profetas, los evangelistas, los pastores y los maestros, para hacer idóneos los hermanos para la realización del ministerio, con el fin de edificar el cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, según la medida que corresponde a la plena madurez de Cristo » (Ef 4, 7.11-13; 4. Rm 12, 4-8).

Como resulta de estos y de otros textos del Nuevo Testamento, son múltiples y diversos los ministerios, como también los dones y las tareas eclesiales.

Los ministerios que derivan del Orden


En la Iglesia encontramos, en primer lugar, los ministerios ordenados; es decir, los ministerios que derivan del sacramento del Orden. En efecto, el Señor Jesús escogió y constituyó los Apóstoles germen del Pueblo de la nueva Alianza y origen de la sagrada Jerarquía -con el mandato de convertir en discípulos todas las naciones (Mt 28, 19), de formar y de regir el pueblo sacerdotal.

La misión de los Apóstoles, que el Señor Jesús continúa confiando a los pastores de su pueblo, es un verdadero servicio, llamado significativamente « diakonia » en la Sagrada Escritura; esto es, servicio, ministerio.

23. Los ministros -en la interrumpida sucesión apostólica- reciben de Cristo Resucitado el carisma del Espíritu Santo, mediante el sacramento del Orden; reciben así la autoridad y el poder sacro para servir a la Iglesia « in persona Christi capitis » (personificando a Cristo Cabeza) , y para congregarla en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y de los Sacramentos.

24.Los ministerios ordenados antes que para las personas que los reciben- son una gracia para la Iglesia entera. Expresan y llevan a cabo una participación en el sacerdocio de Jesucristo que es distinta, non sólo por grado sino por esencia, de la participación otorgada con el Bautismo y con la Confirmación a todos los fieles.

Por otra parte, el sacerdocio ministerial, como ha recordado el Concilio Vaticano II, está esencialmente finalizado al sacerdocio real de todos los fieles y a éste ordenado.
Por esto, para asegurar y acrecentar la comunión en la Iglesia, y concretamente en el ámbito de los distintos y complementarios ministerios, los pastores deben reconocer que su ministerio está radicalmente ordenado al servicio de todo el Pueblo de Dios (Hb 5, 1); y los fieles laicos han de reconocer, a su vez, que el sacerdocio ministerial es enteramente necesario para su vida y para su participación en la misión de la Iglesia .

Ministerios, oficios y funciones de los laicos

23-La misión salvadora de la Iglesia en el mundo es llevada a cabo no sólo por los ministros en virtud del sacramento del Orden, sino también” por todos los fieles laicos.” En efecto, éstos, en virtud de su condición bautismal y de su específica vocación, participan en el oficio sacerdotal, profético y real de Jesucristo, cada uno en su propia medida.

Los pastores, por tanto, han de reconocer y promover los ministerios, oficios y funciones de los fieles laicos, que tienen su fundamento sacramental en el Bautismo y en la Confirmación, y para muchos de ellos, además en el Matrimonio.
Después, cuando la necesidad o la utilidad de la Iglesia lo exija, los pastores - según las normas establecidas por el derecho universal- pueden confiar a los fieles laicos algunas tareas que, si bien están conectadas a su propio ministerio de pastores, no exigen, sin embargo, el carácter del Orden.

El Código de Derecho Canónico escribe: « Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del derecho ».

Sin embargo, el ejercicio de estas tareas no hace del fiel laico un pastor. En realidad, no es la tarea lo que constituye el ministerio, sino la ordenación sacramental. Sólo el sacramento del Orden atribuye al ministerio ordenado una peculiar participación en el oficio de Cristo Cabeza y Pastor y en su sacerdocio eterno.

La tarea realizada en calidad de suplente tiene su legitimación -formal e inmediatamente- en el encargo oficial hecho por los pastores, y depende, en su concreto ejercicio, de la dirección de la autoridad eclesiástica.

La reciente Asamblea sinodal ha trazado un amplio y significativo panorama de la situación eclesial acerca de los ministerios, los oficios y las funciones de los bautizados. Los Padres han apreciado vivamente la aportación apostólica de los fieles laicos, hombres y mujeres, en favor de la evangelización, de la santificación y de la animación cristiana de las realidades temporales, como también su generosa disponibilidad a la suplencia en situaciones de emergencia y de necesidad crónica. En esta familia de Fe, NADIE ES MÁS QUE NADIE NI MENOS QUE NADIE. Somos todos hijos de DIOS Padre; que no discrimina.

Como consecuencia de la renovación litúrgica promovida por el Concilio, los mismos jóvenes fieles laicos han tomado una más viva conciencia de las tareas que les corresponden en la asamblea litúrgica y en su preparación, y se han manifestado ampliamente dispuestos a desempeñarías.

En efecto, la celebración litúrgica es una acción sacra no sólo del clero, sino de toda la asamblea que es la que celebra la acción de Gracias.. Por tanto, es natural que las tareas no propias de los ministros ordenados sean desempeñadas por los fieles laicos. Después, ha sido espontáneo el paso de una efectiva implicación de los fieles laicos en la acción litúrgica a aquélla en el anuncio de la Palabra de Dios y en la cura pastoral.

En la misma Asamblea sinodal no han faltado, sin embargo, junto a los positivos, otros juicios críticos sobre el uso indiscriminado del término « ministerio », la confusión y tal vez la igualación entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial, la escasa observancia de ciertas leyes y normas eclesiásticas, la interpretación arbitraria del concepto de « suplencia », la tendencia a la « clericalización » de los fieles laicos y el riesgo de crear de hecho una estructura eclesial de servicio paralela a la fundada en el sacramento del Orden.

Precisamente para superar estos peligros, los Padres sinodales han insistido en la necesidad de que se expresen con claridad sirviendo también de una terminología más precisamente tanto la unidad de misión de la Iglesia, en la que participan todos los bautizados, como la sustancial diversidad del ministerio de los pastores, que tiene su raíz en el sacramento del Orden, respecto de los otros ministerios, oficios y funciones eclesiales, que tienen su raíz en los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación.


Es necesario pues, en primer lugar, que los pastores, al reconocer y al conferir a los fieles laicos los varios ministerios, oficios y funciones, pongan el máximo cuidado en instruirles acerca de la raíz bautismal de estas tareas.
Es necesario también que los pastores estén vigilantes para que se evite un fácil y abusivo recurso a presuntas « situaciones de emergencia » o de « necesaria suplencia », allí donde no se dan objetivamente o donde es posible remediarlo con una programación pastoral más racional.


Los diversos ministerios, oficios y funciones que los fieles laicos pueden desempeñar legítimamente en la liturgia, en la transmisión de la fe y en las estructuras pastorales de la Iglesia, deberán ser ejercitados en conformidad con su específica vocación laical, distinta de aquélla de los sagrados ministros.

En este sentido, la exhortación Evangelii Nuntiandi, que tanta y tan beneficiosa parte ha tenido en el estimular la diversificada colaboración de los fieles laicos en la vida y en la misión evangelizadora de la Iglesia, recuerda que « el campo propio de su actividad evangelizadora es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social; de la economía; así como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los órganos de comunicación social; y también de otras realidades particularmente abiertas a la evangelización, como el amor, la familia, la educación de los niños y de los adolescentes, el trabajo profesional, el sufrimiento.


Cuantos más laicos haya compenetrados con el espíritu evangélico, responsables de estas realidades y explícitamente comprometidos en ellas, competentes en su promoción y conscientes de tener que desarrollar toda su capacidad cristiana, a menudo ocultada y sofocada, tanto más se encontrarán estas realidades al servicio del Reino de Dios -y por tanto de la salvación en Jesucristo, sin perder ni sacrificar nada de su coeficiente humano, sino manifestando una dimensión trascendente a menudo desconocida ».


Durante los trabajos del Sínodo, los Padres han prestado no poca atención al Lectorado y al Acolitado.. Mientras en el pasado existían en la Iglesia Latina sólo como etapas espirituales del itinerario hacia los ministerios ordenados, con el Motu proprio de Pablo VI Ministeria quaedam (15 Agosto 1972) han recibido una autonomía y estabilidad propias, como también una posible destinación a los mismos fieles laicos, sí bien sólo a los varones.

En el mismo sentido se ha expresado el nuevo Código de Derecho Canónico. Los Padres sinodales han manifestado ahora el deseo de que « el Motu proprio "Ministena quaedam" sea revisado, teniendo en cuenta el uso de las Iglesias locales e indicando, sobre todo, los criterios según los cuales han de ser elegidos los destinatarios de cada ministerio.

A tal fin ha sido constituida expresamente una Comisión, no sólo para responder a este deseo manifestado por los Padres sinodales, sino también, y sobre todo, para estudiar en profundidad los diversos problemas teológicos, litúrgicos, jurídicos y pastorales surgidos a partir del gran florecimiento actual de los ministerios confiados a los fieles laicos.

Para que la praxis eclesial de estos ministerios confiados a los fieles laicos resulte ordenada y fructuosa, en tanto la Comisión concluye su estudio, deberán ser fielmente respetados por todas las Iglesias particulares los principios teológicos arriba recordados, en particular la diferencia esencial entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común y, por consiguiente, la diferencia entre los ministerios derivados del Orden y los ministerios que derivan de los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación
Los carismas

23. El Espíritu Santo no sólo confía diversos ministerios a la Iglesia-Comunión, sino que también la enriquece con otros dones e impulsos particulares, llamados carismas. Estos pueden asumir las más diversas formas, sea en cuanto expresiones de la absoluta libertad del Espíritu que los dona, sea como respuesta a las múltiples exigencias de la historia de la Iglesia.
24.
25. La descripción y clasificación que los textos del nuevo testamento hacen de estos dones, es una muestra de su gran variedad: « A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para la utilidad común.
26.
27. Porque a uno le es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia por medio del mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carisma de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro el don de profecía; a otro, el don de discernir los espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, finalmente, el don de interpretarlas » (1 Cor 12, 7-10; Cor 12, 4-6.28-31; Rm 12, 6-8; 1 P 4, 10-11).


Sean extraordinarios, sean simples y sencillos, los carismas son siempre gracias del Espíritu Santo que tienen, directa o indirectamente, una utilidad eclesial, ya que están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.

Incluso en nuestros días, no falta el florecimiento de diversos carismas entre los fieles laicos, hombres y mujeres. Los carismas se conceden a la persona concreta; pero pueden ser participados también por otros y, de este modo, se continúan en el tiempo como viva y preciosa herencia, que genera una particular afinidad espiritual entre las personas.

Refiriéndose precisamente al apostolado de los laicos, el Concilio Vaticano II escribe: « Para el ejercicio de este apostolado el Espíritu Santo, que obra la santificación del Pueblo de Dios por medio del ministerio y de los sacramentos, otorga también a los fieles dones particulares (1 Co 12, 7), "distribuyendo a cada uno según quiere" (1 Co 12, 11), para que "poniendo cada uno la gracia recibida al servicio de los demás", contribuyan también ellos "como buenos dispensadores de la multiforme gracia recibida de Dios" (1 P 4, 10), a la edificación de todo el cuerpo en la caridad (Ef 4, 16)».

Los dones del Espíritu Santo exigen según la lógica de la originaria donación de la que proceden que cuantos los han recibido, los ejerzan para el crecimiento de toda la Iglesia, como lo recuerda el Concilio.

Los carismas han de ser acogidos con gratitud, tanto por parte de quien los recibe, como por parte de todos en la Iglesia. Son, en efecto, una singular riqueza de gracia para la vitalidad apostólica y para la santidad del entero Cuerpo de Cristo, con tal que sean dones que verdaderamente provengan del Espíritu, y sean ejercidos en plena conformidad con los auténticos impulsos del Espíritu. En este sentido siempre es necesario el discernimiento de los carismas.

En realidad, como han dicho los Padres sinodales, « la acción del Espíritu Santo, que sopla donde quiere, no siempre es fácil de reconocer y de acoger. Sabemos que Dios actúa en todos los fieles cristianos y somos conscientes de los beneficios que provienen de los carismas, tanto para los individuos como para toda la comunidad cristiana.

Sin embargo, somos también conscientes de la potencia del pecado y de sus esfuerzos tendientes a turbar y confundir la vida de los fieles y de la comunidad.
Por tanto, ningún carisma dispensa de la relación y sumisión a los Pastores de la Iglesia. El Concilio dice claramente: « El juicio sobre su autenticidad (de los carismas) y sobre su ordenado ejercicio pertenece a aquellos que presiden en la Iglesia, a quienes especialmente corresponde no extinguir el Espíritu, sino examinarlo todo y retener lo que es bueno (1 Ts 5, , 12.19-21)», con el fin de que todos los carismas cooperen, en su diversidad y complementariedad, al bien común.

La participación de los fieles cristianos laicos en la vida de la Iglesia


25. Los fieles laicos participan en la vida de la Iglesia no sólo llevando a cabo sus funciones
y ejercitando sus carismas, sino también de otros muchos modos.

Tal participación encuentra su primera y necesaria expresión en la vida y misión de las Iglesias particulares, de las diócesis, en las que « verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo, una, santa, católica y apostólica ».


Iglesias particulares e Iglesia universal

Para poder participar adecuadamente en la vida eclesial es del todo urgente que los fieles laicos posean una visión clara y precisa de la Iglesia particular en su relación originaria con la Iglesia universal.

La Iglesia particular no nace a partir de una especie de fragmentación de la Iglesia universal, ni la Iglesia universal se constituye con la simple agregación de las Iglesias particulares; sino que hay un vínculo vivo, esencial y constante que las une entre sí, en cuanto que la Iglesia universal existe y se manifiesta en las Iglesias particulares.

Por esto dice el Concilio que las Iglesias particulares están « formadas a imagen de la Iglesia universal, en las cuales y a partir de las cuales existe una sola y única Iglesia católica ».



El mismo Concilio anima a los fieles laicos para que vivan activamente su pertenencia a la Iglesia particular, asumiendo al mismo tiempo una amplitud de miras cada vez más « católica ». « Cultiven constantemente -leemos en el Decreto sobre el apostolado de los laicos- el sentido de la diócesis, de la cual es la parroquia como una célula, siempre dispuestos, cuando sean invitados por su Pastor, a unir sus propias fuerzas a las iniciativas diocesanas.


Es más, para responder a las necesidades de la ciudad y de las zonas rurales, no deben limitar su cooperación a los confines de la parroquia o de la diócesis, sino que han de procurar ampliarla al ámbito Inter. Parroquial, Inter. Diocesano, nacional o internacional; tanto más cuando los crecientes desplazamientos demográficos, el desarrollo de las mutuas relaciones y la facilidad de las comunicaciones no consienten ya a ningún sector de la sociedad permanecer cerrado en sí mismo.

Tengan así presente las necesidades del Pueblo de Dios esparcido por toda la tierra ».
En este sentido, el reciente Sínodo ha solicitado que se favorezca la creación de los Consejos Pastorales diocesanos, a los que se pueda recurrir según las ocasiones. Ellos son la principal forma de colaboración y de diálogo, como también de discernimiento, a nivel diocesano. La participación de los fieles laicos en estos Consejos podrá ampliar el recurso a la consultación, y hará que el principio de colaboración que en determinados casos es también de decisión sea aplicado de un modo más fuerte y extenso.

Está prevista en el Código de Derecho Canónico la participación de los fieles laicos en los Sínodos diocesanos y en los Concilios particulares, provinciales o plenarios. Esta participación podrá contribuir a la comunión y misión eclesial de la Iglesia particular, tanto en su ámbito propio, como en relación con las demás Iglesias particulares de la provincia eclesiástica o de la Conferencia Episcopal.


Las Conferencias Episcopales quedan invitadas a estudiar el modo más oportuno de desarrollar, a nivel nacional o regional, la consultación y colaboración de los fieles laicos, hombres y mujeres. Así, los problemas comunes podrán ser bien sopesados y se manifestará mejor la comunión eclesial de todos.


LA PARROQUIA


26. La comunión eclesial, aún conservando siempre su dimensión universal, encuentra su expresión más visible e inmediata en la parroquia. Ella es la última localización de la Iglesia; es, en cierto sentido, la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas. humanas.
27. La respuesta a este deseo puede encontrarse en la parroquia, cuando ésta, con la participación viva de los fieles laicos, permanece fiel a su originaria vocación y misión:
28.
Es necesario que todos volvamos a descubrir, por la fe, el verdadero rostro de la parroquia; o sea, el <> mismo de la Iglesia presente y operante en ella.

Aunque a veces le falten las personas y los medios necesarios, aunque otras veces se encuentre desperdigada en dilatados territorios o casi perdida en medio de populosos y caóticos barrios modernos, la parroquia no es principalmente una estructura, un territorio, un edificio; ella es << la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad >>, es << una casa de familia, fraterna y acogedora >>, es la << comunidad de los fieles >>.

En definitiva, la parroquia está fundada sobre una realidad teológica, porque ella es una comunidad eucarística. Esto significa que es una comunidad idónea para celebrar la Eucaristía, en la que se encuentran la raíz viva de su edificación y el vínculo sacramental de su existir en plena comunión con toda la Iglesia.

Tal idoneidad radica en el hecho de ser la parroquia una comunidad de fe y una comunidad orgánica, es decir, constituida por los ministros ordenados y por los demás cristianos, en la que el párroco –que representa al Obispo diocesano – es el vínculo jerárquico con toda la Iglesia particular.

Ciertamente es inmensa la tarea que ha de realizar la Iglesia en nuestros días; y para llevarla a cabo no basta la parroquia sola.

Por esto, el Código de Derecho Canónico prevé formas de colaboración entre parroquias en el ámbito del territorio y recomienda al Obispo el cuidado pastoral de todas las categorías de fieles, también de aquéllas a las que no llega la cura pastoral ordinaria.

En efecto, son necesarios muchos lugares y formas de presencia y de acción, para poder llevar la palabra y la gracia del Evangelio a las múltiples y variadas condiciones de vida de los hombres de hoy. Igualmente, otras muchas funciones de irradiación religiosa y de apostolado de ambiente en el campo cultural, social, educativo, profesional, etc. no pueden tener como centro o punto de partida la parroquia.

Y sin embargo, también en nuestros días la parroquia está conociendo una época nueva y prometedora. Como decía Pablo VI, al inicio de su pontificado, dirigiéndose al Clero romano: << Creemos simplemente que la antigua y venerada estructura de la Parroquia tiene una misión indispensable y de gran actualidad; a ella corresponde crear la primera comunidad del pueblo cristiano; iniciar y congregar al pueblo en la normal expresión de la vida litúrgica; conservar y reavivar la fe en la gente de hoy; suministrarle la doctrina salvadora de Cristo; practicar en el sentimiento y en las obras de la caridad sencilla de las obras buenas y fraternas >>.

Por su parte, los Padres sinodales han considerado atentamente la situación actual de muchas parroquias, solicitando una decidida renovación de las mismas: << Muchas parroquias, sea en regiones urbanas, sea en tierras de misión, no pueden funcionar con plenitud efectiva debido a la falta de medios materiales o de ministros ordenados, o también a causa de la excesiva extensión geográfica y por la condición especial de algunos cristianos (como, por ejemplo, los exiliados y los emigrantes).

Para que todas estas parroquias sean verdaderamente comunidades cristianas, las autoridades locales deben favorecer: a) la adaptación de las estructuras parroquiales con la amplia flexibilidad que concede el Derecho Canónico, sobre todo promoviendo la participación de los laicos en las responsabilidades pastorales; b) las pequeñas comunidades eclesiales de base, también llamadas comunidades vivas, donde los fieles pueden comunicarse mutuamente la Palabra de Dios y manifestarse en el recíproco servicio y en el amor; estas comunidades son verdaderas expresiones de la comunión eclesial y centros de evangelización, en comunión con sus Pastores >>.


Para la renovación de las parroquias y para asegurar mejor su eficacia operativa, también se deben favorecer formas institucionales de cooperación entre las diversas parroquias de un mismo territorio.


FORMAS DE PARTICIPACION EN LA VIDA DE LA IGLESIA


29. Loa jóvenes fieles laicos, juntamente con los sacerdotes, religiosos y religiosas, constituyen el único Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo.

El ser miembros de la Iglesia no suprime el hecho de que cada cristiano sea un ser « único e irrepetible », sino que garantiza y promueve el sentido más profundo de su unicidad e irrepetibilidad, en cuanto fuente de variedad y de riqueza para toda la Iglesia.

En tal sentido, Dios llama a cada uno en Cristo por su nombre propio e inconfundible. El llamamiento del Señor: << Id también vosotros a mi viña ». se dirige a cada uno personalmente; y entonces resuena de este modo en la conciencia: « ¡Ven también tú también a mi viña! >>.

De esta manera cada uno, en su unicidad e irrepetibilidad, con su ser y con su obrar, se pone al servicio del crecimiento de la comunión eclesial; así como, por otra parte, recibe personalmente y hace suya la riqueza común de toda la Iglesia.

Esta es la « Comunión de los Santos » que profesamos en el Credo; el bien de todos se convierte en el bien de cada uno, y el bien de cada uno se convierte en el bien de todos. « En la Santa Iglesia –escribe: San Gregorio Magno- cada uno sostiene a los demás y los demás le sostienen a él » .

Formas personales de participación

Es absolutamente necesario que cada fiel laico tenga siempre una viva conciencia de ser un « miembro de la Iglesia », a quien se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable, que debe llevar a cabo para el bien de todos.

En esta perspectiva asume todo su significado la afirmación del Concilio sobre la absoluta necesidad del apostolado de cada persona singular: « El apostolado que cada uno debe realizar, y que fluye con abundancia de la fuente de una vida auténticamente cristiana (Jn 4, 14), es la forma primordial y la condición de todo el apostolado de los laicos, incluso del asociado, y nada puede sustituirlo.

A este apostolado, siempre y en todas partes provechoso, y en ciertas circunstancias el único apto y posible, están llamados y obligados todos los laicos, cualquiera que sea su condición, aunque no tengan ocasión o posibilidad de colaborar en las asociaciones ».

En el apostolado personal existen grandes riquezas que reclaman ser descubiertas, en vista de una intensificación del dinamismo misionero de cada uno de los fieles laicos.

A través de esta forma de apostolado, la irradiación del Evangelio puede hacerse extremadamente capilar, llegando a tantos lugares y ambientes como son aquéllos ligados a la vida cotidiana y concreta de los laicos.

Se trata, además, de una irradiación constante, pues es inseparable de la continua coherencia de la vida personal con la fe; y se configura también como una forma de apostolado particularmente incisiva, ya que al compartir plenamente las condiciones de vida y de trabajo, las dificultades y esperanzas de sus hermanos, los fieles laicos pueden llegar al corazón de sus vecinos, amigos o colegas, abriéndolo al horizonte total, al sentido pleno de la existencia humana: la comunión con Dios y entre los hombres


Creativas-de participación Formas


30. La comunión eclesial, ya presente y operante en la acción personal de cada uno, encuentra una manifestación específica en el actuar asociado de los jóvenes fieles laicos; es decir, en la acción solidaria que ellos llevan a cabo participando responsablemente en la vida y misión de la Iglesia.

En estos últimos años, el fenómeno asociativo laical se ha caracterizado por una particular variedad y vivacidad. La asociación de los fieles siempre ha representado una línea en cierto modo constante en la historia de la Iglesia, como lo testifican, hasta nuestros días, las variadas confraternidades, las terceras órdenes y los diversos soda licios.

Sin' embargo, en los tiempos modernos este fenómeno ha experimentado un singular impulso, y se han visto nacer y difundirse múltiples formas segregativas: asociaciones, grupos, comunidades, movimientos. Podemos hablar de una nueva época asociativa de los fieles laicos.

En efecto, « junto al asociacionismo tradicional, y a veces desde sus mismas raíces, han germinado movimientos y asociaciones nuevas, con fisonomías y finalidades específicas. Tanta es la riqueza y versatilidad de los recursos que el Espíritu alimenta en tejido eclesial; y tanta es la capacidad de iniciativa y la generosidad de nuestro laicado ».

Estas asociaciones de laicos se presentan a menudo muy diferenciadas unas de otras en diversos aspectos, como en su configuración externa, en los caminos y métodos educativos y en los campos operativos.

Sin embargo, se puede encontrar una amplia y profunda convergencia en la finalidad que las anima: la de participar responsablemente en la misión que tiene la Iglesia de llevar a todos el Evangelio de Cristo como manantial de esperanza para el hombre y de renovación para la sociedad.

El asociarse de los fieles laicos por razones espirituales y apostólicas nace de diversas fuentes y responde a variadas exigencias. Expresa, efectivamente, la naturaleza social de la persona, y obedece a instancias de una más dilatada e incisiva eficacia operativa.


En realidad, la incidencia « cultural », que es fuente y estímulo, pero también fruto y signo de cualquier transformación del ambiente y de la sociedad, puede realizarse, no tanto con la labor de un individuo, cuanto con la de un « sujeto social », o sea, de un grupo, de una comunidad, de una asociación, de un movimiento.

Esto resulta particularmente cierto en el contexto de una sociedad pluralista y fraccionada -como es la actual en tantas partes del mundo-, y cuando se está frente a problemas enormemente complejos y difíciles.

Por otra parte, sobre todo en un mundo secularizado, las diversas formas asociadas pueden representar, para muchos, una preciosa ayuda para llevar una vida cristiana coherente con las exigencias del Evangelio y para comprometerse en una acción misionera y apostólica.

Más allá de estos motivos, la razón profunda que justifica y exige la asociación de los
eclesial, como abiertamente reconoce el Concilio Vaticano II, cuando ve en el apostolado asociado un « signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo ».

Es un « signo » que debe manifestarse en las relaciones de « comunión », tanto dentro como fuera de las diversas formas asociativas, en el contexto más amplio de la comunidad cristiana.

Precisamente la razón eclesiológica indicada explica, por una parte, el « derecho » de asociación que es propio de los fieles laicos; y, por otra, la necesidad de unos « criterios » de discernimiento acerca de la autenticidad eclesial de esas formas de asociarse.

Ante todo debe reconocerse la libertad de asociación de los fieles laicos en la Iglesia. Tal libertad es un verdadero y propio derecho que no proviene de una especie de « concesión » de la autoridad, sino que deriva del Bautismo, en cuanto sacramento que llama a todos los fieles laicos a participar activamente en la comunión y misión de la Iglesia.

El Concilio es del todo claro a este respecto: « Guardada la debida relación con la autoridad eclesiástica, los laicos tienen el derecho de fundar y dirigir asociaciones y de inscribirse en aquellas fundadas ». Y el reciente Código afirma textualmente: « Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad, o para fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para procurar en común esos mismos fines »
.
Se trata de una libertad reconocida y garantizada por la autoridad eclesiástica y que debe ser ejercida siempre y sólo en la comunión de la Iglesia.
En este sentido, el derecho a asociarse de los fieles laicos es algo esencialmente relativo a la vida de comunión y a la misión de la misma Iglesia.

Criterios de eclesialidad para ias asociaciones laicales

31. La necesidad de unos criterios claros y precisos de discernimiento y reconocimiento de las asociaciones laicales, también llamados « criterios de eclesialidad », es algo que se comprende siempre en la perspectiva de la comunión y misión de la Iglesia, y no, por tanto, en contraste con la libertad de asociación.
32.
Como criterios fundamentales para el discernimiento de todas y cada una de las asociaciones de fieles laicos en la Iglesia se pueden considerar, unitariamente, los siguientes:
- El primado que se da a la vocación de cada cristiano a la santidad, y que se manifiesta « en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles » como crecimiento hacia la plenitud de la vida cristiana y a la perfección en la caridad.

- En este sentido, todas las asociaciones de fieles laicos, y cada una de ellas, están llamadas a ser cada vez más- instrumento de santidad en la Iglesia, favoreciendo y alentando una unidad más íntima entre la vida práctica y la fe de sus miembros ».

- La responsabilidad de confesar la fe católica, acogiendo y proclamando la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia y sobre el hombre, en la obediencia al Magisterio de la Iglesia, que la interpreta auténticamente.
-
- Por esta razón, cada asociación de fieles laicos debe ser un lugar en el que se anuncia y se propone la fe, y en el que se educa para practicarla en todo su contenido.

- El testimonio de una comunión firme y convencida en filial relación con el Papa, centro perpetuo y visible de unidad en la Iglesia universal, y con el Obispo « principio y fundamento visible de unidad » en la Iglesia particular, y en la « mutua estima entre todas las formas de apostolado en la Iglesia ».

miércoles, 9 de abril de 2008

La vida antes de la vida

LA VIDA ANTES DE LA VIDA
INDICE
-Prólogo .-Presentación
-Introducción
-ORACION DE DIOS AMOR
-DIOS ME ESCOGIO
-El, DARSE CUENTA DE SER MADRE
-UN PAPÁ SE DA CUENTA DE SER PADRE
-EL NIÑO QUE VA A NACER -EXPERIENCIAS SOBRE RELACIONES MADRE-HIJO E HIJO-MADRE
“ COMO SIENTO A MI HIJO
.-COMO UN PAPA SIENTE A SU HIJO
.-HE SENTIDO A MI HIJO COMO PARTE MIA
-EXPERIENCIA DE MATRONA
“ ANTE EL NACIMIENTO, SIEMPRE ESTREMECEDOR Y MILAGROSO, DE UN HIJO
-SOMOS HIJOS DE DIOS DESDE TODA LA ETERNIDAD

-LA DECISION DE SER ESPOSA
.-Un milagro de Fe y Amor
..-ONDAS DEL CEREBRO

-NIVEL ALFA
- OTRA FORMA DE LOGRAR EL NIVEL ALFA
- Asiento
.-B: Relajación integradora
.- C. Relajación concentrativa (nivel Alfa)
. Relajación


JOVENES QUE HAN VIAJADO A SUS ORIGENES

Vol-ví al seno de mi madre
Sentí el amor de mi madre
Sentí el impulso de salir a la vida Alguien me protegía. Me sentí cerca de Dios
Mi madre me transmitió su amor
Siento mi cuerpo flotar en algodón suave
Siento la fuerza del amor
Me imaginé besando una rosa Estuve en un túnel
Vi lo que pasaba antes de mi nacimiento Sentí el calor de mi madre
El vientre de mi madre es un colchón de amor Sentí la vida dentro de mí En el seno materno sentí mi respiración Sentí el calor agradable del seno de mi madre Mi madre me transmitía calor.
Me sentía en el aire
Sentí una paz inmensa y sin problemas
Me sentía feliz en el seno de mi madre

LA VIDA ANTES DE LA VIDA
Presbítero José Forbes s.d.b

¿COMO SERÁ?
¿Cómo será? Yo he mirado largamente los pétalos de una rosa, los palpé con delectación: querría esa suavidad para sus mejillas. Yhe jugado en un enredo de zarza, porque me gustarían sus cabellos así, oscuros y retorcidos. Pero no importa si es tostado, con ese rico color de las gredas rolas qué arman los alfareros, y si sus cabellos lisos tienen la simplicidad de mi vida.
Miro las quiebras de las sierras, cuando se van poblando de niebla, y hago con la niebla una silueta de niña, de niña dulcísima: que pudiera ser eso también.
Pero por sobre todo, yo quiero que mire con el dulzor que él tiene en la mirada, y que tenga el temblor de su voz cuando me habla, pues en el que viene quiero armar a aquel que me besara. G.M
.
Pedir a un especialista era Liturgia que escriba el prólogo de estas páginas es otra de las tantas intuiciones del P. José: La Vida antes del Nacimiento es una hermosa Liturgia.
Liturgia es esencialmente un conjunto de signos, símbolos y palabras que son el vehículo con que nos conuanicamos con lo inefable, lo misterioso, lo inaccesible. Es celebración, por medio de estos signos, símbolos y palabras, de un paso del Señor era una comunidad unida por una Palabra que despierta la Fe.

¿Quieren vivir en plenitud?...Celebremos!
La Vida antes del Nacimiento tiene todas las características de la Liturgia.; fantástica celebración.
He leído estas páginas en esta óptica: sus rúbricas (las orientaciones técnicas), sus textos bíblicos, su lenguaje poético y simbólico que brota espontáneamente a través de los testimonios de los jóvenes, de los esposos,
• los profesionales... y sobre todo los múltiples signos y símbolos con que se expresan la vida y el autor.
Ya está cerrado el lugar donde se va a iniciar la celebración: el seno materno, santuario del Amor y cuna de la vida. La solemne Liturgia pueempezar!


Celebración de la vida y del amor con tantos acentos festivos: alegría del esposo cuando su esposa le revela: "vamos a tener un hijo!" Se hincha de gozo el corazón de ambos... besos, caricias, palabras cariñosas. "Se alegra mi Espíritu porque el Poderoso ha hecho era nai grandes cosas... " Al leer estas páginas descubrirán todos estos signos que expresan la fiesta del amor que se convierte en vida, fiesta intensamente vivida par los padres Celebración festiva de un misterioso “paso" del Señor. Ya la carátula de este ritual del amor y de la vida, evoca para el Liturgo la Encarnación, inicio del misterio pascual:
"hábito entre nosotros" que literalmente debe traducirse “plantó su carpa en nosotros" Presencia misteriosa del Dios de la vida, cuyos signos llenan este ritual. Espontáneamente nos quedamos maravillados; un hombre y una mujer participan del poder creador de Dios ¡Ya partió el primer latido del corazón de una persona creada a imagen de Dios...

Ahí está: se toca el vientre
la mamá, escucha los latidos del corazón del pequeño ser, se siente permanentemente su presencia...
Celebración de una comunidad. Para celebrar se requiere, una comunidad.

No se celebra solito. "Ya somos tres, él, tú y yo, somos nosotros". Esta comunidad la forman primero dos personas iguales y conplementatías: el hombre y la mujer unidos por el vínculo del amor. Pronto esta comunidad llega a ser tres personas.

El amor tiende por naturaleza a crecer. Llega a ser amor conyugal, paternal, maternal, filial, fraternal, familiar... un "hogar; una hoguera de amor. 'Amor", una palabra que se encuentra en ca
• página. Es el motor de la vida, y el pequeño ser que se va desarrollando lo experimenta ya.

"Mujer, grande es tu fe!" tu fe en el amor, en la vida.
¡Qué prodigio tan admirable el desarrollo de este 'fruto del amor" en tus entrañas!Ah, sí, encontrarás también en este paso del Señor, la vertiente dolorosa de la Pascua: "La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya izo se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo (Jn. 16,21).

Gracias, José, gracias a todos ustedes que escribieron esta carta al amor y a la vida. Al final, nos quedamos todavía con el corazón y los ojos llenos de estos espléndidos fiuegos artificiales que son la concepción, la gestación, el parto y el alumbramiento, y cada uno puede decir con toda verdad:

Ustedes, papá, mamá -y yo también - somos los fantásticos "celebrantes" de una Liturgia - la de la vida - que se inició aqui en la tierra, y que se prolongará y tendrá su pleno desarrollo en la Liturgia celestial!-Secretario de la comisón episcopal de Chile ALFREDO POUILLY, Pbro.
s
,.

PROLOGO



PRESENTACION
Alegría y gratitud
a la vida,
a mi madre y a Dios por estar vivo.
En el momento del alumbramiento tuve grandes dificultades para nacer. Casi nos íbamos de este mundo mi madre y yo.
Gracias a la fe de mi padre tenemos la felicidad de vivir.

Trabajo logrado
después de varios años de investigación, experimentando las Ondas Alfa, recibiendo los testimonios de jóvenes y de parejas. Sin su ayuda
hubiera sido imposible realizarlo.

¡Hermoso vivir en la era de la computación!
Me he podido dar cuenta
y también - cuando se trata del segundo o del tercer niño, alegría de la familia que espera.

Secretario de la Comisión Episcopal de Liturgia. Chile.
de el cerebro humano
es el mejor computador que yo conozca.
En él quedan grabados: los comienzos,
las sensaciones,
las alegrías y penas
que una mamá comparte con su hijo, cuando se está formando en su vientre.
El objetivo:
mejorar el nido del mundo,
o sea, la familia bien constituida, educando a las parejas humanas para que acepten el fruto de su amor y lo esperen con cariño.
Los saluda con amor... EL AUTOR

SABIDURIA
Ahora sé para que he recibido veinte veranos la luz sobre mf y me ha sido dado cortar las flores por los campos. ¿Porqué, me decía en los días más bellos, este don maravilloso del sol cálido y de la hierba fresca?

Cano el racimo azulado, ine traspasó la luz para la dulzura que entregaría. Este que en el fondo de mf está haciéndome gota a gota de mis venas, éste era mi vino.

Para éste yo recé, por traspasar del hombre de Dios ni¡ barro con el que se haría. Ycuando leí un verso con pulsos trénwlos, para él me quemó como una brasa la belleza, por que recoja de mi carne su ardor inextinguible. G.M.

INTRODUCCION
NACI ASESINADO
Durante estos últimos años me ha tocado saber de videos, noticias, etc., que son un clamor del Papa Juan Pablo II defendiendo la vida de los que están por nacer. De nadie es desconocido que hay países que han legalizado el aborto y que hay otros que lo estimulan abiertamente. Son millones cada día los niños asesinados antes de nacer.
Como sacerdote me he percatado de que el problema es mucho más grave. No solamente los jóvenes practican ese vil método; también las personas mamás, que han gustado lo que significa el don de la vida. En el fondo ellas suelen ser víctimas de sus propios esposos a quienes aman. A causa, muchas veces de su inmadurez callan lo que sienten ante este doloroso crimen.

Frente al ataque certero de una crisis subliminal, nuestros jóvenes se desvían hacia la veneración de ídolos rockeros que los empuja a vivir de gustos sin respetar su intimidad sagrada.
Corno consecuencia, vemos a miles de niñas embarazadas en los centros de adolescentes, expulsadas de colegios, echadas de sus hogares. Ello desemboca en miles de abortos, en miles de matrimonios inválidos, porque los padres han obligado a sus hijos a casarse casi siempre sin amor.
¿Cómo prevenir y lograr que nuestros jóvenes se maravillen y amen la vida que está por nacer?
A esto apunta mi pequeño trabajo, hecho en la línea de la nueva evangelización que se vuelve a las raíces de la vida misma del niño. Desde hoy y para siempre aunque haya nacido así, estoy vivo en el corazón de Dios.
Querida mamá, te espero con todo el amor que Dios me regaló.
PEPE...
EL RUEGO
¡Pero no! ¿Cómo Dios dejaría enjuta la yema de mi seno, si El am plió mi cintura? Siento crecer mi pecho, subir como el agua en un ancho estanque, calladamente. Ysu esponjadura echa sombra como de promesa sobre mi vientre.
¿Quién sería más pobre que yo en el valle si mi seno no se humedeciera?
Como los vasos que las mujeres ponen para recoger el rocío de la noche, pongo yo mi pecho ante Dios; le doy un nombre nuevo, le llamo el Henchidor, y le pido el licor de la vida. Mi hijo llegará buscándolo con sed G.M.

ORACION DE DIOS AMOR
¡Hijo mío!
Tú eres la cosa más importante
de entre todas las que tengo que hacer hoy.
Desde el Génesis has hecho parte de este Universo. ¡Hijo mío!
Eres el rosal más hermoso de mi jardín. Hoy, después de ser capullo, vas a empezar a ser flor. He puesto en el fondo de tus ojos la luz de las estrellas
porque sabrás mirar siempre hacia arriba,
hacia el futuro, sin detenerte demasiado en el pasado salvo en la sabiduría.

En tu sonrisa está la copia del reír de tu madre. La sonrisa es ella y es tan hermosa
(YA fue editado en san PABLO como la de mi propia madre.
Puse en tus manos la firmeza del junco que parece frágil, maleable, pero puede doblarse sin troncharse, adaptándose al momento, sin abandonar su propia raíz.)
Tu mente está llena de pensamientos, de razones, de preguntas de conocimientos listos para ser usados, aumentados, perfeccionados, según quieras emplearlos y según sepan conducirte.

He colocado en tu voz la suavidad del murmullo que hace el viento al rozar las copas de los árboles,
y la firmeza del trueno en aquella montaña; he esculpido tu cuerpo, célula a célula, poniendo en ello todo mi empeño, pues aunque pudiera dejarte partir con su solo tronar de dedos, te amo tanto como para ultimar cada detalle de ti, como lo haría un artista con su obra maestra. Sólo que tú eres mucho más que eso: eres la maravilla más grande de esta tierra:M. C.
He colocado todo mi amor en ti y en tu corazón, hecho para algo mucho más que para permitirte vivir. Late al compás del mío para amar.
Eres tan semejante a mí que puedo mirarme en ti como en un espejo. No podrás desconocerme jamás. Estaré contigo, sea como sea tu camino: con las manos tendidas siempre para sostenerte, con la voz, susurrándote al oído la palabra justa, con la copa de la calma, cuando estés quieto o triste.

Te acompañaré en la alegría para hacerla más grande, y en tus sueños para hacerlos verdad. En todos los momentos luminosos de tu vida estaré para hacerlos brillar más intensamente. Viviré dentro de ti en el rincón más íntimo y oculto, como vivo en cada uno de los hombres que pondré en tu camino que también me buscan y me aman.
¡Ve hoy, hijo mío!
Hoy es el día en que te pondré en el vientre de- tu madre. Hoy es el día de nacer.
iVe, hijo mío Enseña a tu madre y a tu padre a ser más persona
Tu eres la llave de sus corazones cerrados pero listos a abrirse cuando llegues.
¡Ve, hijo mío!
Ve a conquistar el mundo maravilloso que hice para ti. Quien te reciba a ti, a mí me recibe. Hace pocos días tuve la fortuna de presenciar un hermoso parto. La matrona, el médico, su esposa y un servidor esperamos durante cuatro horas el nacimiento. Hubo palabras llenas de ter-nura y de sabias sugerencias de la matrona para que aspirase, retuviera y exalara lentamen - te. La ecografía que a continuación viene señalada revela de 140 a 160 pulsaciones por minuto que la hija en camino emitía. Al mismo tiempo, está la ecografía correspondiente al momento en que ella jugaba. El parto fue hermoso, conciente y normal. Esta es la sexta hija de este mecanico de automóviles.
Dios sabe tejer y bordar con amor a cada hijo que nace.

CUENTAME, MADRE...
Madre, cuéntame todo lo que sabes por tus viejos dolores. Cuéntame cómo nace y cómo viene su cuerpecillo, entrabado con mis víceras.
Dime si buscará sólo rni pecho o si se lo debo ofrecer, incitándolo.
Dame tu ciencia de amor ahora, madre. Enséñame las nuevas caricias, delicadas, más delicadas que las del esposo.
¿Cómo limpiaré su cabecita, en los días sucesivos? ¿Y cómo lo liaré para no dañarlo?
Enséñame, madre, la canción de cuna con que me meciste. Esa lo hará dormir mejor que otras canciones.GM

DIOS ME ESCOGIO (Salmo 139)
Señor, tú me examinas y me conoces, sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; tú conoces de lejos lo que pienso; tú sabes si camino o me acuesto, y tú conoces bien todos mis pasos.

Aún no está en mi lengua la palabra, cuando ya tu, Señor, la conoces entera. Me abrazas por detrás y delante, después pones tu mano sobre mí. Tu ciencia es un misterio para mi, tan grande que no puedo comprenderla.

¡A dónde podré ir, lejos de tu espíritu?
¡A dónde podré huir, lejos de tu presencia? Si subo a las alturas, allí estás,
si bajo a los abismos de la muerte, allí también estás.
18 Si le pido las alas a la aurora,
para irme a la otra orilla de los mares, también allá tu mano me conduce, y me tiene tomado tu derecha.

Y si dijera entonces: "¡Que me oculten al menos las tinieblas, y la luz se haga noche en torno mío!", pero, aún las tinieblas, nada tienen de oscuro para ti, y la noche ilumina como el día.

Pues tú, Señor, formaste mis entrañas,
me tejiste en el seno de mi madre.
Te doy las gracias por tantas maravillas que tú has ejecutado; en efecto, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe.

Mis huesos no escapaban a tu vista,
cuando yo era formado en el secreto,
o cuando era bordado en las profundidades de la tierra. Tus ojos ya veían mis acciones, y ya estaban escritas en tu libro; los días de mi vida estaban ya trazados antes que ninguno de ellos existiera.

¡Cuán difíciles son tus pensamientos,
y su suma es, oh Dios, incalculable!
Si me pongo a contarlos, son más que las arenas; y cuando me despierto, aún estoy contigo.
Dios siempre actualiza al hombre a su imagen y semejanza. Desde el momento en que empieza su existencia, él está allí, bordando mi ser.
El tejió, en los comienzos de la historia, el sistema nervioso del hombre. Cuando quedó completo, su Espíritu entró a la persona y la invadió.
Las semejanzas con el Creador: capacidad de amar y ser amados, inteligencia, autoconsciencia

IMAGEN DE LA TIERRA
No había visto antes la verdadera imagen de la Tierra. La Tierra tiene la actitud de una mujer con un hijo en los brazos (con sus criaturas en los anchos brazos).
Voy conociendo el sentido maternal de las cosas. La montaña que me mira también es madre, y por las tardes la neblina juega como un niño por sus hombros y sus rodillas.

Recuerdo ahora una quebrada del valle. Porsu lecho profundo iba cantando una corriente que las breñas hacen todavía invisible. Ya soy como la quebrada; siento cantar en mi hondura este pequeño arroyo y le he dado mi carne por breña hasta que suba hacia la luz.
G.M.

En un hospital, atendiendo a una mamá, ella me narró este hermoso testimonio. Le había costado tener hijos. Al tercer intento tuvo al fin el: más hermoso regalo que puede tener una mamá.

EL DARME CUENTA DE SER MADRE
Desde que nací he buscado nacer otra vez. Alguien hizo mi cuerpo en forma de cuna y mi corazón como un sonajero de bebé. Llevo dentro de mí este sueño de toda la vida y, acodada en la ventana, al morir el día, veo por dos.
Desde que espero, todo es más hermoso: el césped más verde, más intenso el brillo del sol, más rítmico el caer de la lluvia. Desde que espero, tengo sueños,
cada día, más grandes y con más esperanzas: el color de sus ojos,
el timbre de su voz, el color de la piel.
Todo es un sueño para mí.

Desde ahora quiero saber su nombre, conocer lo que siente, intuir lo que piensa. Quiero que esté cómodo en mí, que nazca sano y fuerte,
con energía para seguir creciendo después, toda la vida.

Quiero llenar su pequeña mente
de pensamientos hermosos, como un jardín de rosas; de palabras dulces,` como el fruto maduro de la vid;
de sueños alegres, como la primera mañana de vacaciones. Quiero que sea sano de cuerpo, limpio de mente, y generoso de corazón.

Por eso procuro estar en paz, porque sé que sabe lo que pienso, escucha lo que digo, siente lo que siento.

Todos los días tengo algo nuevo para él:
un pensamiento, una palabra, una melodía. La lana que tejo entre mis dedos, es la hebra de mi corazón que, mientras teje esquimales y camisitas miniatura, va tejiendo en mi interior prendas invisibles de cariño. Hoy he tejido una sonrisa más que añado a la caricia de ayer, y al beso de mañana.

Estoy sembrando el amor
que parte de la semilla que hay en mí.

Le cantaré la canción de cuna que aprenda hoy. Los cuentos que recuerde, los leeré de nuevo para hacerlos nacer en mi mente otra vez y dejarlos oír,
como juguetes en una caja de sorpresas, cuando mi hijo ya pueda comprenderlos.

Quiero ser la mejor mamá del mundo.
Enseñarle a querer, enseñarle a rezar. Quiero espiar su primera sonrisa
y guardarla, en una caja dorada, dentro de mi corazón junto a sus primeros pasos
y a la primera vez que diga: ¡mamá!

Entonces, sabré, más que antes, que lo soy. Cuando mi hijo diga: ¡mamá! sabré que tengo que ser responsable. Cada vez que lo diga
sembrará firmeza y cariño dentro de 0. veo, siento y amo por ti.
cosas desconocidas hasta hoy:
Todo el mundo me parece más hermoso porque él viene; siento que todos comparten mi secreto.

Estoy cansada, pero mi cansancio es dulce. Estoy soñolienta, pero sueño con el mañana. Estoy llorona,
pero me llenan de alegría las cosas sencillas. Necesito más a mi marido, mi amado,
el esposo que vive conmigo esta gran aventura de formar a otro ser.
Pareciera que,
junto a la pesadez de mi vientre abultado, me nacieran alas en el corazón.

M.C
Me miro al espejo
y me gusta la imagen que me devuelve el cristal.

Me tiene presa el hecho de crear.
Me agrada saber que minuto a minuto crece dentro de mí.

No me dejo estar, no;
esta espera va a ser la más dulce,
la más hermosa y fructífera de todas,
pues estoy haciendo trocitos del papel de Dios. El vive en mi interior.

Este hijo no vendría si el no lo quisiera. Ciertamente me parezco a Dios. Estoy esperando...
¡Estoy fabricando un bebé!

LA MADRE
Vino mi madre a venne; estuvo sentada aquí a ni i lado y, por primera vez en nuestra vida, fuimos dos hermanas que hablaron del tremendo trance.
Palpó con temblormi vientre y descubrió delicadamente mi pecho.

Yal contacto de sus manos me pareció que se entreabrían con suavidad de hoja mis entrañas y que a mi seno subía la onda láctea.

Enrojecida, llena de confusión, le hablé de mis dolores y del miedo de mi came; caí sobre su pecho; ¡y volvía ser de nuevo una niña pequeña que sollozó en sus brazos del terror de la vida! G.M.

Hablando cierta vez con el papá que narra la siguiente historia, me dijo con pena que su propio papá no había sido con él de los mejores. Por eso, él estaba a la expectativa.

Quería ser un buen padre, y no sabía cómo. Las siguientes fueron sus palabras:

UN PAPA SE DA CUENTA DE SE PATERNIDAD
Mi esposa me está haciendo el regalo más bello del mundo. Un día la encontré en mi camino. Fue para mí como la luz del sol que se filtra entre los árboles del bosque.
Ella entró en mis sentimientos y llegó a mi corazón.

Es bella como la flor pura del valle.
La enamoré día y noche, mucho tiempo,
en. mis pensamientos, sin atreverme a decírselo. Es dulce como la miel de un panal oculto en el árbol más alto.

Poco a poco nos hicimos amigos y me sentía celoso de sus preferencias, de sus amigos, dé las cosas que amaba.
...una tarde, mientras el sol moría, tiñendo de oro y naranja el oleaje incansable del mar,tomé sus manos para no soltarlas nunca más. Ella dijo que me amaba.

Su voz fue como un suspiro que me dejó sin alientos y la luz de sus ojos bañó de dulzura y alegría los míos. Nuestros amigos se sintieron muy felices com partiendo nuestra felicidad. Desde entonces el camino fué más fácil y llevadero. Más tarde la esperé junto al altar.
Llegó, como una princesa, vestida de blanco. Fue la novia más hermosa que yo haya visto jamás. Dios nos hizo esposos.
Poblamos de sueños cada habitación de nuestra casa.
Al volver del trabajo, mis cansancios se van, porque ella está para esperarme. Le cuento mis experiencias del día, los pensamientos que he tenido, mis triunfos, mis logros, mis penas.

Ríe conmigo y me siento contento. Su mano enjuga mis lágrimas. Busco perderme en sus brazos. La quiero encontrar a mi lado cuando despierto en las noches. Mi esposa es ¡la mejor esposa del mundo!
Hoy me tiene un regalo imposible de hallar en otra parte.
Hoy empieza una etapa nueva en nuestro camino. Hoy somos más esposos que nunca. Hoy nuestro amor ha dado fruto.

Quiero que el hijo que viene sea como ella, que tenga su forma de mirar y de reír. Quiero que el hijo que viene sea como yo, dispuesto a darlo todo por aquello que amamos. Este hijo me hace sentir pequeño, desempeñando el rol que me exige más de lo que siempre me creí capaz. Aprendo a ser papá.

Cada día que pasa es más difícil para mí que para ella. Pero lo hago con empeño y amor porque quiero que mi hijo se sienta feliz conmigo.

Cuando nazca será el bebé más lindo de la tierra. Debo recordar que este hijo me pertenece sólo en parte. Soy su maestro.


Imitará lo que yo soy.
Yo soy únicamente el punto de apoyo de este nuevo ser como el puntal de una planta nueva que aprende a crecer.

Mi hijo es de mi esposa, mío y de Dios.
Como hijo de Dios le pertenece al mundo. Mañana tendrá una vida aparte de la mía, pero ahora tengo el privilegio de ser espectador de primera fila.-

Hoy este hijo tiene ocho años, ya sabe leer, se da cuenta de todo y ama intensamente a sus padres. El niño está feliz porque su papá juega con él todos los sábados en la tarde. No cabe duda que esta vinculación fraternal está corrigiendo la antigua relación fallida.

AL ESPOSO
Esposo, no me estreches. Lo hiciste subir del fondo de mi ser como el lirio de las aguas. Déjame ser como un agua en reposo.
¡Amarre, ámame ahora un poco irás! Yo, ¡tan pequeña, te duplicaré por los caminos. Yo, ¡tan pobre , te daré otros ojos, otros labios, con los cuales gozarás el mundo; yo, ¡tan tierna!, me hendiré como un ánfora por el amor, para que este vino de la vida se vierta.
¡Perdóname! Estoy torpe al andar, torpe al servir tu copa; pero tú me henchiste así y me diste esta extrañeza con que me muevo entre las cosas.
Seme más que nunca dulce. No remuevas ansiosamente mi sangre; no agites mi aliento.

¡Ahora soy sólo un velo; todo mi cuerpo es un velo bajo el cual duerme un niño! G.M.

Un secreto, pero el secreto más grande del mundo. Mañana tú me arrullarás en tus brazos y papá me alzará en los suyos y yo te escucharé cantar a ti y él me escuchará reír.
Ya somos tres.

El, tú y yo. Somos nosotros.
Segundo tras segundo me acerco un poquito más. Minuto a minuto espero y me esperan. Latido a latido aprendo a quererlos. Poco a poco descubren mi presencia.
Sé que se van a poner muy contentos de esperar.
Mamá: cuando llegue, sólo quiero sonrisas;
soy demasiado pequeño
para saber del dolor y las tristezas.

Traigo las manos hechas para acariciar tu rostro, y para tocar el pelo de papá.
Mi primera palabra será el nombre de uno de los dos.
Tengo el corazón listo para quererte a ti, a mis hermanos, a papá. Mi mente atesorará cada gesto tuyo, cada palabra de mi padre, cada enseñanza, cada verdad.

Yo voy a ser la copia en limpio
de todo lo bueno que tengas para darme,
voy a ser el espejo en que pueda mirarse mi padre.

Creceremos juntos los tres y luego cuatro, cinco, los que ustedes quieran. Porque mi corazón
quiere tener muchos temas de amor.

G.M.
EL AMANECER
Toda la noche he padecido, toda la noche se ha estremecido mi canse por entregar su don. Hay el sudor de la muerte sobre mis sienes; pero no es la muerte, ¡es la vida!

Y te llamo ahora Dulzura Infinita a Tí, Señor, para que lo desprendas blandamente.
¡Nazca ya, y mi grito de dolor suba en el amanecer, trenzado con el canto de los pájarosl

EL NIÑO QUE VA A NACER
Estoy llamando a tu corazón.
Dios me dijo que viniera.
Quizás no te hayas enterado de que estoy llegando, de que estoy aquí, en tu vientre, de que soy.
Como un pequeño ser, me muevo en el "universo" de tu cuerpo.
Como una velita en la luz de tus ojos como una gota de lluvia que resvala por tu rostro. Soy.

Tú me haces.
Me dejas ser.
Me permites vivir.
En la hermosa carrera de llegar hasta ti para juntar dos mitades,
mi papá se ganó la estrella más luminosa de mi Padre Dios y se juntó a tu estrella y entre ambos se engendraron.

Aún soy tan pequeño que ninguno de los dos lo sabe. Este es mi secreto. Mamá: tú me enseñarás a reír
Papá: tú me enseñarás a querer.
Los dos me van a enseñar a ser libre, a ser fuerte, a ser grande, a tener el juicio firme, el espíritu bueno, la razón acertada.

Al mismo tiempo, yo voy a ser muy distinto a lo que ustedes esperan de mí. Yo soy único.
No hubo, ni hay, ni habrá otro como yo.
Soy un pequeño puente para papá y para ti. Un puente para que se quieran más. Un puente para abrirse al mundo. Un puente que parte de Dios.
Aprendo todos los días a nacer en tu cuerpo y en el corazón de papá y los hago nacer también.
Estoy aquí, pequeñito y escondido. Este es un seéreto de los tres.
N.D.C.

"LA PIEDRA FILOSOFAL"
DE MONS. BERNARDINO PIÑERA. ARZOBISPO DE LA SERENA. 1990
En la Edad Media, los sabios de aquel entonces, los químicos buscaban una sustancia que llamaban la piedra filosofal.
Según ellos, el que tuviera esa sustancia podía transformar cualquier cosa en oro; el ¡deal era poder transformar cualquier objeto, una piedra, un pedazo de palo, en oro.

Han pasado siglos y no se ha encontrado la piedra filosofal, no ha encontrado la forma de transformar un objeto en oro, pero todo ser humano tiene el poder de producir algo que vale mucho más que el oro.

Ello es, producir una vida, porque es evidente que un ser humano vale mucho más que el oro, el oro es una cosa, el ser humano es una persona; pero además ese ser humano que vale muchísimo más que el oro, tiene un destino eterno, está llamado a participar de la gloria, de la alegría, del amor, de Dios por una eternidad.

Cualquier joven, cualquier hombre, cualquier mujer, si se ponen de acuerdo, tiene el poder de producir la vida humana, esa maravilla que es la vida humana, que es el soporte de la vida divina; por lo tanto no hay nada más grande en este mundo que una pareja de jóvenes que se unen para producir la vida, o sea, para dar origen a un nuevo ser viviente, el niño, o la guagüita.

Uno se pregunta a veces, si es tan grande el transmitir la vida, porqué la Iglesia aparece siempre como a la reacia intimidad entre jóvenes y niñas, como si la Iglesia pusiera trabas a una cosa tan linda como es que un joven y una niña se unan con amor para producir la vida. Es, especialmente por lo mismo que estoy diciendo, precisamente porque la vida humana es una cosa tan grande. Hay que llegar a dar origen a la vida humana en las condiciones óptimas para recibirlas.

Qué pensaríamos nosotros de un escultor, por ejemplo, que quisiera hacer una linda estatua y que no tuviera un taller en el cual le cupiera la estatua. Me dirían, si quiere hacer una obra maestra tiene que empezar por establecer un taller que tenga todas las comodidades para. que pueda realizar en él su obra maestra en las mejores condiciones posibles.

De la misma manera es tan grande la vida humana que Dios quiere antes de dar origen a ella se tomen todas las medidas necesarias para que el nacimiento de una nueva vida se realice en las mejores condiciones. Esas condiciones óptimas son, primero, una madre que tenga la tranquilidad, que tenga los medios, los recursos necesarios para tener a su niño y para criarlos en paz, porque un niño que viene al mundo en un hogar donde no hay paz, donde no hay tranquilidad, donde hay temor, donde hay inseguridad, no va a poder criarse bien.

¿Qué necesita una madre para tener su niño con seguridad? Necesita sentir cerca de ella la presencia del padre su guagua, y una presencia con amor. Tiene que haber amor entre el padre y la madre, amor entre ellos y amor de los dos para el niño; el niño necesita de su padre y su
madre, que lo quieran, que se quieran entre ellos y que estén juntos para recibirlo, para alimentarlo, para educarlo, para ayudarlo, para protegerlo.

Entonces la Iglesia dice: es muy bueno tener un niño, pero por lo mismo que es una cosa tan grande dele a su niño las condiciones en que él pueda criarse en la mejor forma posible. Hemos sabido que los pajaritos cuando llega la época de la reproducción, antes de acoplarse y de tener pajaritos nuevos, empiezan por hacer el nido, van buscando ramitas, van buscando un poco de lana, de algodón o lo que sea y cuando ya tienen hecho el nido, como quien dice la casa, entonces los pajaritos se acoplan, la hembra pone sus huevos y nacen los pajaritos nuevos que durante los primeros días de su vida están protegidos por el nido y también están protegidos por el padre y la madre, que juntos vuelan sobre ellos.

La hembra se acuesta sobre ellos para calentarlos, el macho va a buscar el alimento para traérselos y así es como los pajaritos pueden llegar a la edad adulta para valerse solos. Si eso hace Dios con los pajaritos, qué no querrá para el ser humano llamado a un destino tanto más grande.

La Iglesia en esto no hace si no interpretar el sentir tradicional de la vida humana.
La Iglesia dice sí, tengan niños, una cosa muy grande, pero primero quiéranse, primero asegúrense de que son hechos el uno para el otro, que pueden vivir unidos toda una vida y, entonces, cuando estén absolutamente seguros de quererse y de respetarse y de avenirse, entonces únanse por el Sacramento del MATRIMONIO para siempre, y entonces transmitan la vida y ese niñito nacerá en el hogar en que todos ustedes, todos nosotros quisiéramos haber nacido.

Después gracias a Dios de haber nacido en él, porque la felicidad de un niño, es que el papá y la mamá estén unidos, que se quieran, que se respeten, que lo quieran a él, que vivan juntos. ¿Qué niño puede ser feliz si el papá se va de la casa, si el papá y la mamá se separan, si él se queda unos días con el padre, otros días con la madre? Los niños sufren mucho cuando los padres se separan, porque es tal la naturaleza del ser humano que necesita su padre y su madre por lo menos durante todos los años del crecimiento.

Y cuando el mayor de los niños llegue a la edad en que ya no necesite de sus padres, en que él pueda formar su propio hogar, entre tanto, han nacido otros hermanos menores, y cuando el menor de los hijos llega a esa edad, los padres ya están viejos, y ya no es el momento de separarse. Por eso es que el sentido común nos dice que el hombre y la mujer deben unirse para toda la vida y para Es realmente increíble y maravilloso que pueda nacer una guaguita producto del amor de una pareja, cuando uno es papá, es tan emotivo todo, desde que se produce la gestación hasta que nace la guagüita, existe una ansiedad permanente al esperar ese nacimiento, uno acaricia al vientre de la mamá y realmente siente que hay un contacto con ese ser.

La verdad es que siempre el primer hijo aparece como un fruto especial por ser una experiencia nueva, pero en ningún caso separa a la pareja, al contrario hay un acercamiento, porque es producto del amor de ambos y la crianza de ese hijo es también responsabilidad de los dos y cualquier cosa que le pase al hijo, sobretodo cuando se enferma, con mu yor razón uno se siente muy motivado y compenetrado con su pareja, la verdad es que los hijos son un factor de unión y si nace un segundo hijo uno lo quiere igual, no hay diferencias ni va disminuyendo el amor ni por los hijos ni por la pareja. En el caso mío tenemos tres hijos, y al contrario parece que cada día uno los quiere más, cada hijo que nace una le en cuentra cosas más admirables que el que ya tiene.
El hecho de que existan más hijos es realmente lindo y no se flea ba el amor, yo creo que el amor es absolutamente compartible con todo% los que nos rodean y esto hace que el amor crezca en uno más y más pa ra compartirlo.

Como persona y como médico lo primero que puede decirles en que el hecho de saber que uno ha concebido es una cosa maravillosa, creo que lo primero es pensar que el ser que ha procreado no puede ser un estorbo o algo como mala suerte, sino como una bendición de Dios, teniendo ese concepto claro, realmente uno va actuar de la mejor manera y en cuanto a prevenir este tipo de situaciones, creo que hoy día se impone una madurez y una preparación de la persona antes de estar sometida a un riesgo de ese tipo. Creo que eso es lo fundamental. A veces por ignorancia o por temor la persona no se prepara ni enfrenta una situación así, y otras veces por desorientación o mala información, hace lo peor. Es decir, desde mi punto de vista lo peor que puede hacer es interrumpir una gestación, yo le diría a esa lola que si llegase a estar en una situación así, debe darle gracias a Dios de poder concebir y tener algo tan maravilloso en su vientre y en ningún caso mirarlo como un estorbo o una mala suerte.

¿Qué les dirías tú a los Directores de Colegio, a nosotros, ya que a veces al saber que un chiquillo va a ser papá lo echamos del Colegio 3º o 4º Medio, y si en el Colegio hay niñas aunque tengan buenas notas, se decide igualmente echarlas, qué les dirías a esas personas que son las directivas del Colegio y que por eso mismo muchas veces abortan porque las echan del establecimiento?...

Muchas veces he tenido pacientes en esas situaciones y las aconsejo que sigan adelante lo que están viviendo, y si es necesario postergar un año los estudios que lo hagan, y a los dierctores o padres les digo que no pueden cortar o truncar una vida por razones de este tipo, sino que al contrario darle más refuerzo, más ayuda y más comprensión para que esta persona salga adelante de alguna manera, creo que ahí no acaba la vida, ni se puede acabar la juventud, ni la inocencia ni la capacidad de estudio ni de trabajo, sino que con más apoyo la persona puede ser más feliz.

¿Y qué les dirías a los jóvenes inmaduros que violan y engañan a las futuras mamitas?
Eso tiene un muy mal calificativo, porque uno después es el que ve como sufren las niñas y quedan marcadas para el resto de sus vidas, pierden absolutamente la confianza en el hombre, en el amor y quedan dañadas de por vida, es muy dificil que una mujer se reponga de una situación así.

- ¿Es un crimen?
Creo que es un daño muy grande que se hace a otra persona, por eso antes de someterse al riesgo hay que pensarlo muy bien y en forma responsable, tener una relación de pareja, un amor muy grande y fuerte, porque el amor todo lo puede y por lo mismo se puede salir de todas estas dificultades que se presenten, pero si no hay amor, en realidad, todo se destruye.

"Y a tí niña, nunca te entregues a un jóven hasta que Dios te llame."
TESTIMONIO DEL DR. FRANCISCO DE LA MAZA STGO.

l. EXPERIENCIAS
RELACIONES MADRE-HIJO
HIJO-MADRE
Por él, por el que está adormecido, corno hilo de agua bajo la hierba, no me dañéis, no me deis trabajos. Perdonádmelo todo: rni descontento de la mesa preparada y sin odio al miedo.

Me diréis los dolores de la casa, la pobreza y los afanes cuando lo haya puesto en unos pañales.
En la frente, en el pecho, donde me toquéis está él y lanzaría un gemido respondiendo a la herida.
G.M.
COMO SIENTO A MI HIJO ¡Mi hijo!
Lo llevo aún en mis entrañas.
Sé que está vivo y sano,
y feliz de pertenecer a sus padres.

Lo queremos mucho, más que cualquier otra cosa.
Siento la necesidad de tenerlo conmigo y acariciarlo. Llegó cuando no lo esperaba.
Recién, a los cinco meses mi vientre empezó a crecer y mi hijo a hacerse notar.
Sus movimientos y el calor que le doy dentro de mi me dan la seguridad de que no le falta abrigo. Goza del cariño de sus padres. Su papá lo acaricia cuando me soba la barriga.

Cuando mi bebito se mueve, converso con él. Muchas veces, hablando con él he llorado, sobre todo las veces en que Carlos no está y siento su falta a mi lado.

Mi bebé hace parte de mi vida
y yo le tengo muy en cuenta.
Mi vientre abultado y sus movimientos me lo recuerdan permanentemente.

Siento que la bendición del Padre bueno es grande. Me ha dado la gracia de ser portadora de la vida. Mi hijo necesita de nosotros. Lo estamos esperando con amor.

Me casé hace algunos meses
y tengo 32 semanas de embarazo.
A Dios le pido solamente por mi hijo y su salud. A mí él me ha llenado de sus bendiciones, me dio un compañero maravilloso al que amo y respeto con todas las fuerzas de mi alma.
María Eugenia Fernández
Maestra de niños
3 de diciembre de 1986.


SENSITIVA
Ya no juego en las praderas y temo columpiarme con las rru>:u Soy como la rama con fruto.
Estoy débil, tan débil que el olor de las rosas me hizo desvunrcel esta siesta, cuando bajé al jardín. Y un simple canto que viene en el vientre o la gota de sangre que tiene la tarde en su último latido sobre el cielo, mejillas de cardo ni espinas de zarza. Así de suave ha sido el vellón de mis carnes, donde ha dormido.
¡Ropitas blancas! El las mira por mis ojos y se sonríe, adi viruirrdt 1 las suavísimas...G. M

COMO YO PAPÁ SIENTO A MÍ HIJO
Estoy casado con una mujer maravillosa.
Me ama intensamente.
Me lo demuestra a cada instante.
Hace algunos meses Dios nos bendijo como pareja dándonos la posibilidad de ser y sentirnos padres. Siento la necesidad de que mi hijo esté presente entre nosotros, físicamente. Queremos volcar en él todo nuestro amor, cuidados y cariño.
Pedimos mucho al Padre bueno que le dé una salud a toda prueba.

Me doy cuenta que el niño nos escucha
cuando le hablamos
y que manifiesta la alegría de escucharnos
moviéndose afablemente dentro del vientre de su madre.
Lo veo rosadito y flotando en el vientre materno, alimentándose todos los días
en un contacto de comunicación íntima con su madre.
El ha venido a representar
la espera más hermosa que nos ha tocado esperar. El llena nuestras vidas
de alegría, esperanza y fe hasta el infinito.

Sólo el Padre bueno conoce todas nuestras intenciones hacia él.
Cada día que pasa
lo sentimos más cercano en nosotros.
Sus latidos se hacen más fuertes
y son manifestación de que quiere estar entre nosotros. Lo amamos mucho.
Gracias Padre bueno.
Carlos Moraga Fuentes 28 años

EL DOLOR ETERNO
Palidezco si él sufre dentro de mí; dolorida voy de su presión recóndita, y podría morir a un solo movimiento de éste a quien no veo.
Pero no creáis que únicamente estará trenzado con mis entrañas mientras lo guarde. Cuando vaya libre por los caminos, aunque esté lejos, el viento que lo azote me rasgará las carnes y su grito pasará también por mni garganta. ¡Mi llanto y mi sonrisa comenzarán en tu rostro, hijo mío!
G.M.

HE SENTIDO A MI HIJO COMO PARTE MIA
Al pensar en la existencia de mi hijo sentí una emoción muy grande.Me costó mucho meterme en mí misma, pero inmediatamente logré la relación. Todo lo veía muy oscuro, mientras miraba desde mi pecho para abajo. En cambio, distinguía muy claro todo su cuerpecito, como si tuviera luz propia.
En algún momento el bebito me miró. Le quise decir que lo amaba "montones" a pesar de que me había costado mucho hacerme a la idea de su presencia al comienzo. Lo sentí parte mía y de mi compañero.

Lo sentí esperado por los dos, así como lo esperamos ahora. No vi ningún color.

y siento la impaciencia de estar con él. Lo quiero tener entre mis brazos y darle todo el amor del mundo, más del que le tengo ahora. Siento su presencia.

LA QUIETUD
Ya no puedo ir por los caminos: tengo el rubor de ni¡ ancha cinto ra y de la ojera profunda de iris ojos. Pero traedine aquí, poned aquí a nn lado las macetas con flores, y tocad la cítara largamente: quiero para él une gamte de hermosura.
Digo sobre el que duerme sobre estrofas eternas. Recojo en el corredor hora tras hora el sol acre. Quiero destilar como la fruta miel hacia mis entrañas. Recibo en el rostro el viento de los pinares.
La luz y los vientos coloreen y laven mi sangre. Para lavarla también yo no odio, no murmuro, ¡solamente amo!
Que estoy tejiendo en este silencio, en esta quietud, un cuerpo; un milagroso cuerpo, con venas, y rostro, y mirada, y depurado corazón.
G.M.

El está allí.
Sé que los cuatro: Dios, la Kequita nuestro hijo y yo estamos juntos, unidos por el amor y la esperanza.
María ;
LA LEY SAGRADA
Dicen que la vida ha menguado en mi cuerpo, que mis venas se vertieron como los lagares: ¡yo sólo siento el alivio del pecho después de un gran suspiro!
- ¿Quién soy yo, me digo, para tener un hijo en mis rodillas?
Yyo misma me respondo:
- Una que amó, y cuyo amor pidió, al recibir el beso, la eternidad.
Me mire la Tierra con este hijo en los brazos, y me bendiga, pues estoy fecunda como las palmas.G. M.

Sólo la oscuridad y la luz propia que emanaba de él.
Sentí calor en las manos y aún siento una leve molestia en el vientre.

Con mi fantasía comencé a recorrer el sendero de un jardín, y vi una hermosa rosa roja al final del camino. Había muchos pequeños senderos que salían del camino sin que me condujeran a ninguna parte.
Sin embargo, y a pesar de los desvíos,
yo seguía adelante y lograba acariciar la rosa roja. Era hermosa, suave, perfumada. De pronto me vi en el vientre de la Kequita, hacía calor. Un calor muy agradable, protector, que daba fuerzas para vivir. Todo era oscuro pero no causaba miedo.
Era una oscuridad bella, que hacía resplandecer más la figura pequeñita del cuerpecito de mi hijo. Sentí que mi hijito esperaba algo. Se sentía amado.

Cuando me acerqué a él lo sentí acercarse a mí. Fue un acercamiento mutuo.
Siento que me quiere mucho y me necesita como lo quiero y lo necesito yo. Recuerdo que lo acaricié mucho y que él se dejaba acariciar, acercándose más a mí.
Cuando lo dejé sentí que me miraba.
Seguía en mi vientre, como alguien que, impaciente, espera algo.
Yo también espero antes de nacer. Sentí su calor. Sentí su amor. Sentí su fe en mí. Me sentí con Dios.


Sentí el impulso de salir a la vida
Carlos, 16 años,

Sentí el impulso de salir a la vida.
Sentí que los dolores del parto de mi madre se debían a mis resistencias a salir, porque a mí se me hacía chico el espacio. Me vi también como un espejo.

Vi mi cuerpo de feto a bebé.
Cuando iba a salir del seno de mi primer hogar, muy cuidado y blando,
no quería salir y abandonarlo, pero el impulso de la vida
me hizo salir y enfrentar al mundo.





ALGUIEN ME PROTEGIA
Jorge, 17 años

Me sentía flotar,
calientico, seguro que alguien me protegía. Sentí cuando mi padre ponía sus oídos en el vientre de mi madre, para escuchar mis latidos.
Me sentí cerca de Dios
Sara Rosa Alvarez, 111
14
14 años
Mi experiencia fue maravillosa.
Me sentí cerca de Dios, de la naturaleza.
Ahora sé para qué he recibido veinte veranos la luz sobre mí y me ha sido dado cortarlas flores porlos campos. ¿Porqué, me decía en los días más bellos, este don maravilloso del sol cálido y de la hierba fresca?

Como el racimo azulado, me traspasó la luz para la dulzura que entregaría. Este que en el fondo de mí está haciéndome gota a gota de mis venas, éste era mi vino.
Para éste yo recé, por traspasar del hombre de Dios mi barro, con el que se haría. Ycuando leí un verso con pulsos trémulos, para él me quemó como una braza la belleza, por que recoja de mi carne su ardor inextinguible. G.M.

JOVENES QUE HAN VIAJADO A SUS ORIGENES
Volví al seno de mi madre

LUIS MARIO DUARTE, 14 AÑOS.
Hoy he tenido una experiencia muy hermosa. Creo, la mejor de mi vida. He vuelto al seno de mi madre. Nunca lo había hecho.
Es la primera vez
que he dirigido yo mismo mi cuerpo y mi mente, porque siempre mi mente me domina. Hoy he sentido a Dios más cerca que nunca.

SENTÍ EL AMOR DE MI MADRE P.B.D., 14 AÑOS,
M i paseo por el seno de mi madre fue hermoso.
Sentí el amor
que mi madre sintió una vvez por mi,


SIENTO MI CUERPO FLOTAR EN ALGODÓN SUAVE ANA, 17 AÑOS,

Al entrar en el vientre de mi madre
siento flotar mi cuerpodentro de un algodón muy suave. Una inmensa dulzura me invade. Me siento. abrigada.Aunque estoy sola, no me siento abandonada. Me siento el ser más protegido de la tierra. Es algo inigualable.

SIENTO LA FUERZA DEL AMOR MARGOT, 15 años,
Siento el cariño de mi madre... Siento el cariño de mi padre...
Siento el calor del amor de mis padres. Siento la fuerza del amor.
Me imaginé besando una rosa

ANDREA MARÍN JIMÉNEZ, 16 años,

Mi experiencia
fue algo mucho más que maravillosa. Me sentía tan bien. No sentía mi cuerpo. No me sentía yo.
Me imaginaba besando una rosa, acariciándola. Me sentí en el vientre de mi madre. Me imaginé un mar inmenso, una montaña... Imaginé cosas que jamás en mi vida, había vivido y sentido tan dentro de mí.
Es una experiencia que se vive una sola vez en la vida.
Di gracias, una y mil veces, por ser yo,
porque el amor de mis padres diera lugar a mi nacimiento,
por tener gente a mi alrededor, por convivir con ella, por tener "amigos".
Era la primera vez que lo hacía.
Me sentí satisfecha de esta linda experiencia,
de estar, por unos momentos, en el vientre de mi madre,
y conocer la alegría con que me esperaba. A Dios le doy gracias, de nuevo, por estar en este mundo.

MI MADRE ME TRANSMITIÓ SU AMOR ABEL, 17 años,
Durante los instantes breves de relajación sentí los nueve meses de permanencia en el vientre de mi madre:en una bolsa rodeada de órganos y de sangre y de bastantes ramificaciones.
Las sensaciones de mi madre,sus dolores, angustias y alegrías, yo las sentía todas.
La mujer que me dió el ser, sin quererlo,
me transmitió su forma de amar y de sentir. Todo esto lo transmitió a un ser pequeño pero lleno de vida como yo.
Mi persona en aquel momento
era el fruto de una mujer y un hombre. Mi madre era aquella mujer
y me guardaba pacientemente en su seno durante todo ese tiempo.

Cuando mi madre se movía yo también me movía. Frente a mi vi un cordón que me sostenía. Me descubrí flotando.
La temperatura era maravillosa.
Me parecía estar tan cerquita de Dios. El me guiaba,
me indicaba el camino correcto, el sendero por el cual todos debemos salir.


ESTUVE EN UN TÚNEL
JOSÉ PÉREZ, 16 de noviembre,

Me relajé poco a poco.
Cada vez veía más oscuridad.
Sentía que me achicaba hasta llegar a ser una mota de algodón sobre las aguas. Me pareció estar dentro de una bolsa,
en un túnel oscuro que, pronto, me iluminó de abundante luz amarilla que me dio calor.

VÍ LO QUE PASABA ANTES DE MI NACIMIENTO
Cristina Moncada, 16 años,
Me vi salir de mi cuerpo,
esbelto y muy alto,
y pude ver en el camino muchas aguas correntosas
y el verde limón de muchas praderas. Después entré en el seno de mi madre.
Allí me di cuenta de todas las cosas que pasaban antes de mi nacimiento.
En mi recorrido, he llegado nuevamente a la ciudad y he vuelto al colegio en el que estudio.

SENTÍ EL CALOR DE MI MADRE
Andrés González, 24 de junio,

Me sentía envuelto en una bolsa plástica, mientras contemplaba la luz a lo lejos.
El vientre de mi madre es un colchón de amor
Sentí un vacío grande en mí.
Me sentí dentro del vientre de mi madre.
No logré saber algunas cosas que pasaron allí. Otras sí entraron en mi conciencia. Nunca las había visto.
Confío en que todo haya sido verdad. Allí todo es maravilloso. Hay mucha ternura y mucho amor. Veo a mi madre tratando de palparme. Me siento envuelto en algo tan caliente como un colchón de agua. Todo lo observo con ternura. Sé que soy el fruto de un gran amor.
Soy el reflejo del gran amor de mis padres.
Sentí la vida dentro de mí

Ernesto Fernández, l6 años,

ESTOY EN EL VIENTRE DE MI MADRE.
Siento cómo se va formando mi cuerpo. Siento la vida que hay en él y sus movimientos. Pienso en dónde estoy
y cuanto tiempo estaré allí.
Me pregunto sobre mi padre y mi madre: cómo son y si me quieren,
si se sienten felices de esperar mi llegada. Ya llegué.
Siento que voy creciendo.
Siento el mundo.
Veo Paisajes, parques lindos, calles abigarradas, mucha gente.
Veo que la vida pasa por dentro de mí.
Veo pasar los seres que habitan este mundo. Sentí una tranquilidad profunda. ¡Qué alegría sentir la vida dentro de mí!

EN EL SENO MATERNO SENTÍ MI RESPIRACIÓN Y PAZ.
Cecilia Lizama, 16 años,

ME SENTÍ EN EL SENO DE MI MADRE.

Respiraba dentro. Ella me alimentaba, me daba calor, protección, cariño. Luego
abracé a Jesús y lo besé con todas mis fuerzas.



SENTÍ EL CALOR AGRADABLE DEL SENO DE MI MADRE
Germán Pizarro, 15 años,

Me relajé muy bien.
Entré a mí mismo profundamente. Me encontré con Dios.
Le conversé. Estaba muy cerca de mí. Estoy feliz por haber estado con él, muy cerca de él, en el silencio.
Me hizo mucho bien. Lo necesitaba.
Hacía mucho tiempo que no hablaba con Dios en el silencio.
Del seno de mi madre sentí calor agradable, gusto especial, ganas de quedarme.


MI MADRE ME TRANSMITÍA CALOR Y PAZ.
José Rafael Araya, 16 años,
Sentí que mi madre
se tocaba el vientre con las manos y me transmitía mucho calor. Me sentí liviano y protegido.
Me sentía flotar dentro de una caja con gelatina que rodeaba mi cuerpo.

Me sentía en el aire
Eduardo Carrillo, 31 de agosto,
Sentí como si me balancearan en el aire. También me sentí aprisionado,
como si me faltaran todos los movimientos. Sentí calor y un deseo incontrolado de moverme.
Todo era gelatinoso.
Es todo lo que he podido sentir.




Sentí una paz inmensa
Laura Arroyave, 16 años,
Al principio sentí una paz inmensa
y una total ausencia de preocupaciones. Después sentí un inmenso y agradable calor, aunque en la sala hacía frío.

Me sentía sin problemas
Sentía paz, libertad, tranquilidad. Sentía calor, frío, gozo.

Francisco Vargas, 24 de abril,

Me sentía liviano.
Flotaba.
No tenía preocupaciones.
Estaba sin problemas.
Me situé en el vientre de mi madre.
Me sentí feliz y con mucho calor.
Me sentía feliz en el seno de mi madre
María Eugenia Arbeláez, 16 años, 1988 Me vi en el vientre materno.
Me rodeaba una red colorada.
Me sentía feliz.
Me sentía durmiendo plácidamente.
Muy contenta, gozando de la vida.
Sentía la alegría de seguir viviendo.

Dios estaba en mi futuro.
ALDO CERDA,
17 años, 19/02/En el vientre de mi madre solo vi manchas, imágenes borrosas, (de colores), pero eran de mi agrado, todo era perfecto, comodidad, calor, Al momento de nacer sentí frío, no me gustó, pero pude ver cosas nítidas, ya no había manchas.
En mi bautizo sentí miedo, no sé porqué pero sentí miedo y el susto no me dejó estar en paz.

ANA BEATRIZ BOCIC,
17 años
Yo sentí cuando estaba en el seno materno una tranquilidad inmensa como que nada ni nadie podía hacerme daño y fue una sensación luy linda porque sentí que mi mamá estaba junto a mí sintiendo todo lo que pasaba en mi pequeña vida que recién se estaba formando.
Yo sentí cuando estaba naciendo que yo era como una persona independiente a mi madre y que desde ese momento empezaba a ser parte del mundo.
Yo sentí cuando me bautizaron una paz super rica porque también empezaba a formar parte de la gran familia de Dios.

LILIANETH MAYER, 19 años, 19/02/Sentí que tenía vida y que sin saber quién y cómo sería, ya había gente que me quería, sentí el cariño de mi padre, y el amor de mi madre.
Al nacer sentí que estaba cumpliendo con lo que el plan de Dios me tenía preparado y cumpliendo a la vez con mis padres dándoles lo que ellos más querían, un hijo, y justo en el momento de nacer di las gracias a mis papás por haber sido yo la elegida para estar junto a ellos por toda la vida.
Al bautizarme sentí que cumplía con el ser supremo que me dió la vida, que le entregaba algo de mí, mi vida y que él a su vez me cogía en sus brazos.





RUBEN BALBOA, 17 años.
Seno materno = calor y comodidad.
Cuando nací sentía que empezaba algo nuevo, lleno de dudas e inseguridad.
En mi bautizo sentí la presencia de un amigo o de alguien que me regalaba un diamante.

OATY 21 años, Febrero 09/
Cuando nací sentí que no quería nacer, prefería quedarme, allí, estaba muy bien y presentía que

afuera no sería igual. Una vez fuera solo cuando estuve con mi mamá me calmé un poco, se me quitó algo el temor. Es que adentro era fantástico, muy tranquilo, era cálido, muy acogedor y cuando se está así, para qué salir?, por mí me habría quedado siempre allí.
Para mi bautismo, el agua era mucha vida, me llené de sida, y me mojaban, me empapaba, pero yo aún quería más. ¡Mucho más'

Auera no sería igual. Solo cando estuve en los brazos de ella se me quitó el llanto y el temor.Adentro fue fantastico,tranquilo.calido,acogido.Cuando recibi el Bautismo me llené de paz,tranquilidad

XIMENA FERNANDEZ, 19/02/Sentí algo super rico, que nunca había dado tiempo a meditar.
Sentir lo que sentí cuando estaba dentro del vientre de mí madre, tanta ternura entregada, me hace pensar que le debo todo va que sin su cariño no hubiera podido nacer y vivir. Le doy gracias a Dios y a mis padres por darme la vida.
Mi bautizo fue super emocionante, sentir a Dios tan cerca de mí, fue algo super grande. Fue sentirme realmente regalona de Dios y saber toda la confianza que él depositó en mí, es como la luz que siempre iluminará mi camino de vida y mucho más allá.





PILAR MADRID, 18 años.
LA SERENA 19. Febrero Mi experiencia fue tan así como real, me sentía en el vientre de mi madre, sentí el cariño de ella y el apoyo de mi papá.
En el momento en que nací sentí el esfuerzo que mi madre y yo hacíamos; yo, para salir al nuevo mundo y ella para darme la vida.
Me dí cuenta que fue un momento en donde mi alma recibió al Espíritu Santo, sélló una alianza, un pacto de gran amistad, me sentí que estaba más cerca del Señor.

DANILO TORREJON, 18 años.
Yo sentí en el seno Materno una vida muy segura, que nadie podría hacerme daño, con un ambiente muy grato que me rodeaba.
Cuando nací sentí un Cuerpo que se movió con mi mente y que podía controlarlo.
Cuando me bautizaron recuerdo música, voces y un ambiente de
personas que me querían.
VERONICA SILVA FUENTES, 18 años. (Flaca)

Cuando estaba dentro de la güatita de mi mami sentía una paz, una tranquilidad, porque sabía que nada me podía afectar.
Y cuando estaba saliendo sentía la claridad dcl uuiml«, s~'"~ la ~lu~` ya estaba participando de la vida ¡Respiraba!
En el momento de mi bautismo sentí que alguien estaba por col rar a mi vida y que realmente yo no sabía qué era, pero sabía que no me iba a ser mal, el agua era lo que yo creo que estaba entrando, que rozaba nil cabeza, porque lloré y luego de a poco existió nuevamente la calma en mi interior. Sentí el agua en la cabeza y un sello en la frente.
Soy Yerko,
tengo 7 años Yo me sentí flotando en la güatita de mi mami como estaba saliendo, sentí mucho frío, y luz muy fuerte.
Soy Oscar Antonio,
tengo 7 años
Era todo blanco y jugaba, me sentí muy bien.
Soy Felipe,
-tengo 7 años Me sentí muy bien,
me vi envuelto en una bolsa media rosada con sangre bonita.
Y cuando me sacaron escuche voces. En mi cuerpo tenía un cuerito o grasita.
Cuando me ortaron el cordoncito me dolió tanto que empezé a gritar.
Cuando me colocaron en el corazón de mi mamá
sentí calor.

Soy Francisco,
tengo 8 años Me sentí con mucho amor, alegría y calor

Vi a un curita muy grande, que me hechó agüita y lloré, me sentí muy feliz después.
Soy Cristián Rodrigo, tengo 6 años Yo estaba flotando en el agüita y me vi dormido.
Después me sentí en la sala cuna.
Soy Pedro,
tengo 6 años Yo me sentí en la salacuna con hartos niñitos
y en los brazos de mi mamá
Soy Luis,
tengo 7 años
A mi me gustaría ser güagüita de nuevo porque allí no me cansaba, como ahora no tenía frío, no me pegaban.
Yo ví al papá de mi papá
que estaba alegre, también ví a mi abuelita que me dió un besito

Soy Alvaro,
tengo 4 años Yo me sentí contento,
cerca de Dios y de papá y mamá porque yo vine a sus vidas por amor



MI EXPERIENCIA DEMATRONA
ANTE EL NACIMIENTO, SIEMPRE ESTREM ECEDOR Y MILAGROSO, DE MI HIJO
He llegado a concluir, que la parte más difícil y agotadora es la del pre-parto.
Esa sala donde están las futuras mamás, sufriendo sus contracciones
que se van haciendo más intensas y frecuentes.
Para algunas, su estadía ahí es sólo de un par de horas. Para otras es más larga. Esto las desanima un poco.
A mí me queda muy difícil decirles:
- respiren bien... - relájese...
- contrólose, por favor...
porque yo no estoy sintiendo su angustia
y, más aún, porque nunca he sentido una contraccion y no sé lo que es.
Tampoco he escuchado nunca los latidos
del corazón de un hijo mío en el tiientre. No soy mamá V espero serlo algún día. Se acerca otra contracción.
La futura mamá se inquieta.
La veo angustiada pero hermosa. También yo me empiezo a inquietar
porque debo hacer que se controle: - respire
- contrólose
- relájese
Logra hacerlo muy bien.
En cambio, la mami de la cama del alelo no se puede controlar:
Me acerco a ella y le pido que respire. Ella se pone agresiva conmigo
Siento pena.
Tengo que ponerme más enérgica
con ella aunque no lo quiera. Siento pena.
Aparece en mí esa sensación de impotencia que no me gusta:
- por favor, señora contrólose... - le ayudará a usted y a su bebé... - sufrirá menos.
Ella desea,desesperadamente,
que le llegue el momento de tener su hijo.


En otra cama una señora me llama. Tiene ganas de pujar.
La examino. Es cierto.
La futura mami ha completado la dilatación. Siente profunda emoción.
La sacan a la sala de partos. Me preparo.

Me quito la chaleca, me pongo turbante, mascarilla y botas,
entro rápidamente al pabellón. Están preparando a la mami.
Me siento en la mesa ginecológica. Me pongo el delantal de hule. Lavo mis manos rápidamente.
Ha llegado el momento más importante para la futura mamá. Debo poner lo mejor de sí misma. Me pasan el material de parto.

Contiene todo lo necesario para atenderlo. Debo apurarme.
- Puje señora, como le enseñé.
Me pongo el delantal y los guantes esterilizados. Le doy las indicaciones a la mami:
- tome aire cuando venga la contracción, guárdelo y puje con toda su fuerza
como si fuera a obrar.
- Tome aire de nuevo. Así... lo está haciendo muy bien. - Relájese. La felicito... Ya pasó la contracción.
Descanse. Cuando venga la otra contracción, haga lo mismo.

Sigo preparando lo necesario.
Prepararé mi campo, esterilizándolo.
Puse un paño esterilizado bajo las nalgas de la madre, cubrí su abdomen y las piernas. Así prevengo cualquier infección en el niño que va a nacer, y en su madre. En mi mesa todo el equipo está listo: pinzas, tijeras,
jeringas para la anestesia local, agujas de suturar con hilo.

Me preparo interiormente. Es un momento hermoso.

Es la hora de la vida que se hace presente.
- Señora, puse anestesia
para que no sienta el corte que le voy hacer. Es para prevenirle desgarros.

Viene otra contracción.
Debo hacerle el corte porque la cabecita
del bebé está haciendo presión al periné (zona,vulvar - Puje, señora, puje con fuerza. Siga, siga, con fuerza.

- Tome aire de nuevo, guárdelo. Así... Muy bien.
- Descanse. Con la próxima tiene que salir el bebito. La cabecita de su hijito está casi fuera. Tiene que ayudarle a salir.
Otra contracción.
La cabecita está bordeando el periné. - Con fuerza, señora, puje. Siga.

Empiezo a proteger el periné.
Está saliendo la cabecita.
- Señora, debe estar tranquila. Sé que va a salir bien todo.
Me llega la misma sensación de siempre: sentir que estoy ayudando a alguien a vivir. Es como si yo estuviera dándole la vida a ese nuevo ser.

Por fin, la cabecita sale. Le ayudo a girar.
Saco un hombro primero. Luego el otro. Todo esto es muy rápido. Salieron también sus piernitas. Mi corazón late muy fuerte. Tengo el bebito en mi brazo izquierdo. Lo afirmo contra mi cuerpo. Lo tengo bocabajo
para que no aspire secreciones y se ahogue, mientras le corto el cordón umbilical. Siento su llanto.


Me estremezco de alegría. Esto es obra de Dios creador. Todo ha salido bien. Me siento más tranquila.

La mamá, muy cansada,
entre sollozos de alegría, me pregunta cómo está su hijo y qué sexo tiene.
Le contesto con tranquilidad que está muy bien y que es una hermosa niña.

Le permito tocarla en la cabecita y percibo su amor. Entrego al bebé para que le den la atención necesaria. La mami descansa.
Hay que esperar que salga la placenta. La mami siente pequeñas contracciones. Esto permite que membranas y placenta se desprendan y salgan. El último pujo y sale la placenta. La reviso y está completa. Reviso sus genitales. Todo está bien. Puedo empezar a suturar.
Lo hago rápido aprovechando el efecto de la anestesia. Me siento cansada, estoy muy contenta. He sido útil a la vida.
Aunque estoy sentada,
me duele todo el cuerpo. Es la tensión. Siento que la mascarilla me ahoga. Estoy sudando.

La mamá se queja. Ha sentido el punto:
- Ya voy a terminar: me quedan pocos puntos... Hago un aseo cuidadoso y desinfecto. - Señora, ahora a descansar.
Me saco los guantes, los delantales, la mascarilla que me ahoga, el turbante y las botas. Veo cómo está la mami. Sus signos vitales están bien y el útero retraído.

Vuelvo a la sala de pre-parto.
Las demás señoras están esperando tener pronto sus hijos.
Siento a una quejarse y que se controla.
- Por favor, señora, respire profundo. Relájese. Tiene que llegarle más aire al bebito.

Es un ciclo que se repite siempre. Nunca es igual.
Todos los partos son diferentes.

Mi felicidad siempre es igual.
Es muy grande ayudar a nacer un niño.
Ahora me siento feliz por la oportunidad que tengo de darte el testimonio a ti que lees.
Marisol

,


LA HERMANA
Hoy he visto una mujer abriendo un curso. Sus caderas están henchidas, corno las mías, por el amor, y hacía su faena cuneada sobre el suelo.
He acariciado su cintura; la he traído conmigo. Beberá la leche espesa de mi mismo vaso y gozará de la sombra de mis comedores, que va grávida de gravidez de amor. Y si mi seno no es generoso, mi hijo se allegará al suyo, rico, sus labios.
G. M.


SOMOS HIJOS DE DIOS DESDE TODA LA ETERNIDAD
Bendito sea Dios,
Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos bendijo desde el cielo en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales.
En Cristo, Dios nos eligió
desde antes de la creación del mundo, para andar en el amor
y estar en su presencia sin culpa ni mancha.
Determinó desde la eternidad
que nosotros fuéramos sus hijos adoptivos por medio de Cristo Jesús. Eso es lo que quiso y más le gustó, para que se alabe su gloria, por esa gracia suya
que nos manifiesta el Bien amado.

Pues, en Cristo, conseguimos la libertad, sellada por su sangre, y se nos perdonan los pecados.
En esto se ve la inmensidad de su gracia, que él nos concedió
con toda la sabiduría e inteligencia.

Y ahora, Dios nos da a conocer este proyecto misterioso, esta libre decisión que tomó desde antes, para ponerlo en ejecución cuando llegara la plenitud de los tiempos:todas las cosas han de reunirse bajo una sola CABEZA, CRISTO tanto los seres celestiales como los terrenales.
3. LA DECISION DE SER ESPOSA DE MI HOMRE Y DE DIOS

Mi hogar es un nido que me enseña la honestidad y el amor, la decencia, no por un mandato, sino mediante el Testimonio.
Amar a mi esposo, es maravilloso, aunque no suficiente. Para vivir feliz a su lado, debo conocerlo, comprenderlo, ayudarlo, aceptarlo, orar por él.

Mi esposo me valora, por mi forma de ser, soy su tesoro si descubre en mí amor y respeto.
Es importante que yo lo sepa, para superarme cada día más.
En mi matrimonio la sexualidad no es simple y llanamente un acto de satisfacción física. Es una expresión de amor, de comunión física y espiritual que nos hace sentir parte de la obra creadora de Dios.
Reír y sonreír: dones con que Dios nos ha enriquecido. Alégrense, nos repite, una y otra vez la Biblia. Un corazón alegre hace bien como las medicinas.
Comparto mis intereses con mi esposo. El se siente identificado con algunos de ellos, y los asume como propios. Esta es una fuente de unión y proyectos comunes.

Mis expresiones para comunicarme con él son: Tono, Ternura, Tino, Tacto, Tolerancia. Amor, Delicadeza. Yo creo el ambiente apropiado. No olvido los intereses de mi esposo ni los propios. Busco la forma apropiada para expresarle cuanto hay que decirle y que él logre entender. Soy con él infinitamente paciente. Soy sincera y veraz, con la delicadez del amor verdadero; siempre le expreso lo que siento en los buenos y malos momentos.Ya abandonamos totalmente el “TÚ”.
Que nos inducia sin querer a interminables peleas,heriras,distanciamientos, ira.

El amor de mi esposo no me debe enceguecer. Es un cambio, me permiteit reconocernuestros valores valores, hacérmelos ver para que crezca en la superación de mis limitaciones y malezas que yo tengo.
Como pareja somos espontáneos y sinceros en la nmanifestacion de nuestro amor. Escogimos generalmente los momentos y el lugar oportunos.Nunca mas usaremos el “tú”es super peligroso porque induce a juicios;hiereeeeeee…………..

El lenguage de las parejas del siglo 21 es el del corazón.”Un mandamientos les dejos ;que se amen sin medida.”Con alegría motivo a mi esposo en sus tareas y compruebo con entusiasmo los resultados, que redundan en crecimiento y desarrollo personal de ambos y en más amor y respeto recíproco.

Los sentimientos son el radar, la luz que ilumina mis actos; son mi brújula.
Servir a mi esposo, convencida de servir a Dios es esencial pata mi verdadera felicidad.
La mejor manera de ser esposa feliz es hacer feliz a mi esposo y a nuestros hijos.
La felicidad no la puedo exigir. No la puedo comprar. Sí la puedo ganar. La felicidad es un don. La deseo, la acepto y me esfuerzo pora alcanzarla, es mi decisión.

Amigos y amantes.

Lograr en mi matrimonio este equilibrio de delicados balances y hacer que sobreviva a las tormentas y presiones diarias es la mayor felicidad y alegría a que yo pueda en este mundo como pareja..
Mi hogar, único lugar para complementar el carácter. El chico, ¿Es tímido?, ¿distraído? Le falta el apoyo de los padres. Tiene la sensacion de que sus padres no están cuando los necesita. Que no se interesan pot él, ni le dan ánimos, ni se preocupan por cuanto le pasa.

La mejor inversión que puedo hacerle, es estar a su lado haciendo sentir mi presencia cálida y fortificante. Hoy valen más los momentos íntimos fuertes en ellos.
Amo a mis hijos, confío en ellos. Somos padres sinceros que nos comunicamos con nuestros hijos, les hablamos y les escuchamos. Oramos con ellos en silencio con los ojos cerrados como lo pide JESÚS EN Mt 6,-8. ESTOY PENDIENTE de ellos, todo el tiempo disponible. Les damos un marco de disciplina y seguridad dentro del cual pueden crecer y comvertirlos en seres fuertes y seguros de sí mismos.

Asumir ser padres. Es gran responsabilidad. Significa tener hijos,ayudarlos a crecer y encaminarlos a la dirección correcta, alabarlos en sus triunfos y confortalos en sus fracasos

Y esa es mi tragedia: yo sé lo que es un aborto. Comprendo lo que significa interrumpir un embarazo cuando un feto (qué es una vida hu mana!) no puede sobrevivir fuera del vientre de su madre.

Aprenda a tener conciencia de que en realidad (aunque muchos no lo crean asa) el aborto es un homicidio. Esa vida humana está en condiciones ya de llega a alcanzar un desarrollo total. Una vez escuché decir algo que me estremeció y aún me estremece; "el aborto provocado es un crimen".
Señor, todo eso lo sé, pero tú y yo sabemos también que yo no puedo tener este hijo mío.

Sé que él es inocente; sé que él no se puede defender, sé que él se arrancaría de mí si pudiera hacerlo ; sé quee
gritaría ho tronzado y que me "miraría" con infinito dolor. Pero yo, Señor, me siento también amarada por circunstancias amargas y enemigas y también aunque cuesta reconocerlo, por prejuicios terribles.

La vida que quiero no terngo ningun derecho a interrumpirla, que fue dada desde cuando se conformó como maravillosa célula, una persona.
Aprendí en la pastoral Universitaria aceptar "que el embrión es un ser en potencia " es no aceptar lo que decían los nazis: "un prisionero no es un hombre".

Señor, ¿qué puedo hacer?. Si siquiera tuviera dudas de que es lo que está dentro de mi vientre, pero yo tengo seguridad de que se trata Señor, ¿Qué me pasa? ¿Puedo hacer algo absolutamente indebido sabien do lo que es? ¿0 será que yo soy superficial porque aprendí algo, pero sólo intelectualmente, y no conscientemente?... Pero, Señor, tú sabes que tengo demasiados prohlemas ya sin dar a luz, este hijo, si lo dejara vivir, mis conflictos aumentarían a tal punto que me siento incapaz de afrontarlos. Señor, perdóname, pero de verdad es que yo no quiero tener este hijo.

Ayúdame Señor, dame luces; dímelo de algún modo, en sueños, o como tú quieras, pero dímelo. Dime que tú lo entiendes, que yo soy una asesina, una persona horrenda... Hablando con un sacerdote me dio a en tender que tú me amas tal como soy, en este estado de duda, pero que no me dejas aquí.

Tú me invitas a asumir lo que mi mamá asumió comrai',,o Este ministro tuyo me dijo también que todos los seres que no alcansabn a nacer estaban en tu corazón, felices Ellos tienen la edad del amor Tú les das el Amor que las mamás nunca les dieron, no sé qué voy a ha cer...
triunfos, confortarlos en sus fracasos.

Nuestra fe como esposos es el amor que ponemos en las acciones concretas de sus vidas. Nos preocupamos por todo lo que sienten las personas que componen nuestra familia.

La familia, única institución capaz de invertir los rumbos de nuestra sociedad.
Nosostros, padres responsables, somos la única autoridad capaz de enseñar a nuestros hijos las normas correctas de vida. Nuestros hijos aman la autoridad puesta al servicio con ternura.

Mi esposo soporta que yo lo critique y desapruebe sin amor. No es pero la perfección de mi marido, porque yo no estoy en condiciones de ofrecerla.
Mi matrimonio necesita un clima emocional. En él crece y prospera, o se marchita y muere. Yo como persona mujer determino en gran parte, este clima.

Mi responsabilidad primaria de persona en la sociedad de hoy es crear una familia y consolidarla responsablemente.
Mi mayor alegría: sentir que llevo en mis entrañas la vida.
Sentirme copartícipe del amor creador de Dios Amor.
Yo enfrento, con alegría y amor, mi responsabilidad de ser madre.

Eso me hizo sentir, fuerte, valiente, útil, amada y le encontré el sentido a mi vida.
Yo llevo en mis entrañas un hijo, el cual, va al lado de Jesús, y como El, lleva una pesada cruz de madera ("Quien a un hijo recibe, a mí me recibe").
JESÚS ME DARÁ LA FUERZA PARA LLEGAR AL FINAL Y RECIBIR UN HIJO ENTRE MIS BRAZOS.

ORACION ANTROPOLOGICA DE UNA LOLA QUE QUIERE ABORTAR
SEÑOR: Tengo muchas razones para interrumpir este embarazo. ¡Si tú supieras!... ¡Pero que digo Señor, si tú lo sabes todo! Mis razones son grandes y poderosas no debo tener este hijo. Sin embargo, en la Pastoral universitaria aprendí con bastante claridad lo que significa abortar.Decidí no ser driminal



TESTIMONIO:
Escuché de una Lola este testimonio en un Hospital del Puerto de Valparaíso. El novio le dio dinero para que se hiciera aborto. Ella no se lo recibió y le contestó.
- Hagamos un trato. Déjame tener mi hijo y después te lo entrego a ti para que tú lo mates.
El joven quedó paralizado, se sintió tocado y recapacitó. Se casaron, y hoy son un matrimonio feliz, gracias a la entereza de la joven.

Con mucha pena les cuento esta historia de mi vida... que ya pasó.
Me hice 8 abortos, era joven cuando comencé. Sentí la primera vez, angustia, sentí que me moría, era muy jovencita, sola, no supieron mis padres, lo hice a escondidas, sentí miedo de morirme y esa ilusión del hombre que yo quería, me decía que sí no me entregaba a él me dejaría.
Muchas veces sueño con mi hijo, lo veo hombre mayor que mis hijas, un hombre lindo, grande y ahora sufro más que antes.
Pololié 8 años con él y quedaba embarazada, él me dejaba sola, yo trabajaba, mi padre era alcohólico, me hacía los abortos a escondidas, porque sabía que no tenía el apoyo de mis padres. Mi madre vivía con lo que nosotros le aportábamos, eramos dos hermanos y 2 hermanas, entonces yo pensaba que no podía darle un dolor tan grande y es por eso que me hice 8 abortos.
Iba donde una matrona y me lo hacía a sangre fría. Cuando me hacía los abortos no tenía más de 15 días de atraso.
Les diría a mis hijas y a otras mujeres que nunca se hicieran un aborto.
Sentía dolor más a mi corazón que a mi cuerpo y hoy que tengo más edad, siento gran arrepentimiento y dolor. Lo físico pasa, lo espiritual queda.

Les aconsejo a mis hijas que nunca se hagan un aborto y si quedan embarazadas deben tener a sus hijos, hablé con ellas, les conté para que sepan la verdad, aunque sea fea.
Dios mío perdóname por lo que hice y después de todo lo que hice he tratado de ser buena madre, esposa y ayudo a los demás.
Hoy tengo tres niñas y las amo. Tengo un buen marido ahora, que
es el mismo que me abandonó cuando me embarazaba.

El se siente culpable, pero nunca toco el tema y yo he pasado por dos siquiatras, ya que lo odiaba, pero más que los siquiatras lo que me ha ayudado a perdonar a mi marido es Dios, a él le he pedido ayuda para lograrlo, yo también fui culpable. Sé que sólo Dios puede perdonar este pecado.

En estos momentos me siento feliz, porque siento que mi bebé y Dios me han perdonado. Hijo te amo aunque no alcancé a sentirte físicamente.
Después de haberme desahogado contigo siento la necesidad y confianza de reconciliarme con Dios mediante un sacerdote. Es Jesús vivo que con cariño me va a recibir y para siempre me va a perdonar, estoy feliz de esto, además tengo la certeza de que estos 8 hijos me van a decir mamá desde el seno de mi Padre Dios. Todo esto me hace muy feliz y me llena de esperanza.


UN MILAGRO DE FE Y DE AMOR
Después de casi un año y medio de pololeo, Felipe y yo nos casamos el 11 de abril. El padre José Forbes bendijo nuestro matrimonio
Se nos presentaba por delante toda una vida para formar una la milia y no teníamos claro si queríamos o no tener hijos inmediatamente Por lo tanto, optarnos por dejar que Dios decidiera y no lo planicamos, Pero pasaron los meses y yo no quedaba embarazada. Nos prcocupamsos un poco y fuimos al médico, el cual nos confirmó que había problema, Entonces comenzó un verdadero circo de exámenes, mcdicamentos, médicos tras médicos y de operaciones.
Finalmente el doctor Emilio Leontic y su equipo de la U.C, expertos en infertilidad, nos comunicaron que yo no podia qucdar embarazada en forma natural. La única posibilidad era la fertilización intrauterina asistida" también conocida como "by pass".
En este tratamiento los espermios del marido son introducidos en el útero femenino artificialmente por el médico en el momento de la ovulación. Suena algo muy sencillo, pero en la práticai no,,
Requiere de exámenes mensuales, ecografías diarias

Muchos momentos y sobre todo de mucha paciencia y fe. Nos preocupa que la Iglesia se opusiera a este tipo de tratamientos, pero para nuestro asombro sólo encontramos mucha comprensión y palabras de aliento.

El primer mes que me practicaron el tratamiento me hicieron el primer by pass, exactamente el día de mi cumpleaños. Estábamos muy ilusionados, pero no resultó. Al paso de meses de tratamiento aprendimos que no hay que ilusionarse tan luego. Poco a poco el cansancio y el miedo a no quedar jamás embarazada se convirtieron en una obsesión. Mes a mes aumentaba mi desilusión y sobre todo me ponía más obsesiva.

Para ese entonces mi mamá y algunas amistades oraban a Dios para que todo resultara bien. Yo, que nunca había sido constante en mi religión, comeñcé a preocuparme por asistir a misa, incluso en días de semana y a orar diariamente, cosa que generalmente hacíamos en conjunto Felipe y yo.

A principios del año el doctor Leontic y Felipe, notaron mi pésimo estado de nerviosismo y decidieron que me harían tratamiento sólo por dos meses más y luego descansaríamos por un tiempo prudente. Para mí fue una decisión horrorosa, ya que me quitarían la posibilidad de embarazarme, durante quizás cuanto tiempo.

En febrero fue nuevamente inútil el tratamiento, no resultó. Sólo me quedaba el mes de marzo para intentarlo por última vez antes de estas "vacaciones obligadas".
Un día domingo por la mañana me practicaron el by pass. En el pabellón recé y le pedí a Dios que me se hiciera su voluntad, poniéndome en su voluntad, en sus manos. Yo tenía sentimientos encontrados. Por un lado pensaba que después de tanto esfuerzo Dios nos iba a premiar con un hijo. Y por otro lado no me sentía merecedora de tanta gracia, pues yo no había sido muy buena cristiana en mi vida. Había sido inconstante y floja.

Pasaron los días, hasta que por fin el laboratorio confirmó mi embarazo, justamente en el día de Santa Alejandra. Después de casi 2 años, estaba por fin embarazada.
Tanto los médicos como Felipe, estaban muy contentos, y yo dichosa. Los primeros meses. Me sentía pésimo: mareos, náuseas, etc. Pero esta muy feliz.
Más tarde supe, por medio de una ecografía, que esperaba mellisos. Dios no nos había premiado con un hijo, sino que con dos.
El padre Forbes, me envió un libro con la vida del Santo Domingo Sabio, a quién le pedí interceder ante Dios por mis guaguas y para tener un embarazo exitoso e hijas sanas.
Pasados los meses iniciales, comenzaron las complicaciones Muchas contracciones hacían temer que perdiera mis guaguas, por lo tanto continué en reposo absoluto, tomando muchísimos remedios, orando a diario el rosario y encomendándome a Santo Domingu, Sabio.
Lentamente pasaron los días, las semanas y los meses. Durante sexto mes agravó aún más mi estado y me aumentaron los medicament al máximo. Comenzaron las taquicardias y nuestro miedo ya era crónico por eso comenzaron a darme Valium. Dormía durante todo el día y me desvelaba por las noches, lloraba y rezaba.
Siguió pasando lentamente el tiempo, hasta que llegó el momeo en que mis guaguas, estaban lo suficientemente maduras para nacer. Dcpués de ocho meses de reposo, en cama, sustos, medicamentos, cte, Por fin naciron mis dos niñitas muy sanas, aunque eran bastante chicas, e el nueve de noviembre ..Agradecí a Dios y a Santo Dominguito Sabio, por concederme la gracia maravillosa.
Ahora cuando miro a mis dos hijas durmiendo tranquilamente, Tengo la certeza que todo esfuerzo valía la pena y que sin fe, no habría logra nada.
Felipe y yo pensamos intentar tener más hijos, nos dimos cucnl que Dios nos quiere mucho ya que nos envió como regalos estas hijas fantásticas y que si nos pidió sacrificio, para poder tenerlas fue para que aprendiéramos a apreciar en su real dimensión.
**************************************************************FIN. LO QUE SIGUE NO
4. ONDAS DEL CEREBRO

TESTIMONIO:
Cuando tenía 3 años mi papá me invitó, me tomó de la mano y me llevó a una pieza. Pude ver y oir a mi mamá que pujaba para tener a mi hermano menor. Me llené de admiración, gozo y mucha paz y tranquilidad. No me asusté para nada. Han pasado los años. En Paine me tocó atender a una señora que dió a luz a su hijo que nació muerto. Me sentí impotente. Me llene de pena, porque era mujer, por descuido, y por la pobreza en que vivía no pudo abrazar a su hijo.
Hace poco, un médico, previa autorización de la mamá y esposo, me permitió ver el nacimiento de una sexta hija del matrimonio. Estuve 4 horas junto al médico y al papá, acompañando a esta mujer que no le tenía miedo a un hijo. Cuando llegó el momento pasamos al pabellón. Me llené de alegría al presenciar este nacimiento. Hermoso, sin sufrimiento (le pusieron anestesia local), el médico muy humano, con un sentido de paternidad propio de quién también tiene hijos. Vi el rostro de la mamá luminoso de alegría al ponerle el bebé en el pecho. El esposo irradiaba felicidad. Di gracias a Dios por esta nueva vida.
PEPE
En vista de la imperiosa necesidad de informar la aventura fascinante de la vida, la ciencia nos aporta el conocimiento de las ondas cerebrales que traducen nuestros estados de ánimo, de stress, de alegría, de dolor, de contemplación, de éxtasis, del amor Divino presente en nuestro ser.

¿Cómo interpretar las distintas ondas que emite nuestro cciclnlí en las diferentes horas del día?
En los momentos del día en los que estamos más limitados, i c;ilr zando, a todo vapor, nuestra capacidad mental, como cuando est udiam. o estamos concentrados en algo, nuestras neuronas, que son las célula encargadas de regular todo lo que hacemos, están cumpliendo la tunciu1 que les corresponde: unas interpretan lo que escuchamos o lo que vcnu otras dirigen nuestros pensamientos para que se conviertan en palalu a y en comunicación, otras dan órdenes a nuestros músculos para que ha gan lo que necesitamos que realicen.
Cada neurona (y son miles de millones) funciona como un pequr n, corazón. Cuando le llega el impulso de otra neurona, ella se encarga d4 enviar ese impulso a la siguiente, a manera de latido. Este sistema, qur controla todo el funcionamiento de nuestra mente, trabaja median¡(-. Ir impulsos que las: neuronas comunican entre sí. Los impulsos que se 11 an,, miten para comunicarse y coordinarse, son verdaderos mensajes.
El hombre quiso medir estos latidos nerviosos y clasificarlos. t'rr, mo cada uno de los latidos y la suma de ellos tenían sus voltajes, lo dibu(r así:



VOLTAJE(+) cuando la neurona envía el Impulso ticm\
VOLTAJE (-1 cuando la neurona está en reposo y no hay impulso

1
F >TAN SINCRONIZADAS Neurona 1
Neurona 2 , -/~`, Neurona 3
Neurona 4


Este receptor suma tos vanal.s a to largo del tlempo
apereo..do
72
Podemos medir la actividad de la neurona midiendo voltajes. Como no podemos meter en la cabeza de los hombres aparatos medidores, lo hacemos conectando cables a unos aparatos que se aplican a la piel de la cabeza. Entonces se mide la energía de todas las neuronas juntas, es decir, se miden millones de latidos de millones de neuronas diferentes en el espacio de tiempo, por ejemplo, de un segundo.
Cuando estamos despiertos o concentrados en algo: cocinando, haciendo las compras en un supermercado, etc., cada neurona está cumpliendo su función y enviando sus impulsos. Estos miles de impulsos están coordinados, aunque no siempre sean simultáneos. En estos casos el electroencefalógrafo mide miles de ondas eléctricas en distintos momentos.

A ras ondas que comienzan a ser más grandes, pero mcllu,s c r numero se les llama ondas A o Alfa.
A medida que nos vamos durmiendo ellas se van sincroniian(Ic s «ir


rr
el ritmo de las neuronas marcapasos haciéndose cada vez más grande , s amplias se, miden en voltaje) y menos frecuentes (se miden en ciclc,ti irr.. segundo). Esl as ondas reciben el nombre de ondas D o Delta.

La onda que aparece en el aparato medidor es pequeña y son muchas. Es la onda B o Beta.
Cuando nos relajamos, por ejemplo, antes del sueño, o escuchando música muy suave y sobre todo cuando cerramos los ojos por algún tiempo, se activan las neuronas que tenemos cerca de la nuca, las que obran a manera de marcapasos (neuronas marcapasos).
Entonces, las neuronas que activan el pensamiento o la actitud de escucha o los mecanismos del habla, comienzan a bajar su actividad y a dar impulsos con menos frecuencia y, en la medida en que lo van haciendo, van tomando el ritmo de las neuronas marcapasos.
Sucede que cada vez son más las neuronas que laten simultáneamente y, el aparato, en vez de captar muchos impulsos de pequeños voltajes en distintos tiempos, en estos momentos capta solo impulso de gran voltaje, como se puede ver en el gráfico.
A DULZURA
Pnr el nirio dorrrtido que llei o, rni puso se ha vrtelto sigiloso. )• c's religioso todo mi coca: gin desde que lleva el misterio.
Mi voz e. suave, eomo~ror arrea sordina de autor, ves que temer de s penarlo.
Con mis ojos busco ahora en los rostros el dolor de las e/ura, rr s. para que los dentús miren v comprendan la causa de mi mejilla, empctlrclr sida.
Hurgo con miedo de ternura en las hierbas donde anidan eudc cnn ces. Y vot, por el canteo silenciosa, cauielosatnenfr. creo que árboles s . r r sus fierren hitos dormidos, sobre los que selarr irtciittadc>s. G. A1.

NIVEL ALFA
Lo normal es que yo viva en un estado de mucha actividad, es deen un estado de ondas Beta:
- muy preocupado por lo que tengo que hacer durante el día;
- muy apurado por llegar a tiempo a mi trabajo...; - siempre atento, alerta al más mínimo detalle.
Antes de pensar en lo que voy a hacer, me doy cuenta de que ya lo
he hecho, sin pensarlo siquiera. Por supuesto que me siento culpable (mu
chas veces me siento máquina).
Es una cosa que se repite muy amenudo en mí.
Caigo, sin saberlo, en una monotonía que me arrastra. ¿Qué estará pasando conmigo?
¿Qué es lo que ando buscando?
Al final, me siento solo y abandonado, culpando a Dios y exigiéndo
le su ayuda.
En algunas ocasiones he admirado la serenidad de mis amigos y su
contagiosa alegría. Sin embargo, admirarlos no me ha valido de nada.
A algunos les pregunté qué hacían para sentirse bien y me han con
testado que reflexionan y meditan. Mis amigas saben muy bien, por experiencia, que sólo a través de
lu meditación, relajándose hasta un nivel alfa de reposo, que no es sueño ni es hipnosis, sino un estado de serenidad que da sosiego y brinda clari
dad, pueden sentirse realmente bien.
Hice lo mismo y me he sentido fortalecido, nuevo en el mundo de
la actividad (ondas Beta).
Todo lo que hemos escrito en este libro es fruto de la "oracion <-m m templativa" que muchos jóvenes vivieron y a los que les he pedido dkkjai por escrito su experiencia.
Mi gran preocupación fue cómo llegar a lo más profundo de nu existir. Cuando fui asesor de la Pastoral de la Escuela de Medicina Noi te de la Universidad de Chile, tuve la oportunidad de descubrir todo cs te mundo nuevo de las ondas cerebrales. Asocié este descubrimiento al maravilloso mundo de la cibernética. Intenté durante diez años hacer un;i síntesis entre ambos mundos. Llegué a la siguiente conclusión: si una máquina es capaz de guardar datos, e integrarlos y asociarlos, con mayo u razón puede ser capaz mi mente. Ella está capacitada para procesar lo da clase de información desde antes que uno nazca y guardarlos y ex¡ xe sarlos cada vez que yo los necesite para hacerme sentir lo que me paste Ví la necesidad de invitar a muchos jóvenes a vivir la experiencia de al canzar estados de ondas alfas. Los hice revivir algunos estados de su vida pasada, especialmente de su infancia. Después de unos minutos, les su g,: ría volver al estado de vigilia, que es el que tú tienes al leer la siguiente motivación. Posteriormente, los invitaba a escribir todo lo vivenciado lx u ellos respecto de su vida de antes y después de nacer. Del millar de test i r opios recogidos por mí, seleccioné esta muestra de cuarenta más re
scnlativos..



CLASIFICACION DE LAS ONDAS
Según su:
- Amplitud.
- Frecuencia. - Morfología.
- Distribución del tiempo y espacio en que zona aparece). - Circunstancias en que aparecen.
- CICLOS (CICLAJE)
Son:

ONDAS ALFA: es la más conocida. Amplitud: 5 -50 microvolts (mv). Frecuencia: 8-12 ciclos por segundo (c.p-s) Hertz.
Morfología: Fusiforme.
Distribución: Predominantemente occipital. "También parietal y temporal. Circunstancia: En reposo, relajado, y tranquilo, precede al sueño.

ONDAS BETA:
Amplitud: 1-10 microvolts. Frecuencia: 18-30 (c.p.s.) Ilcrtz_ Morfologia: Husos irregulares I)istrihucion: Regional frontal y fisura Rolandica.
Circunstancia: Fn el alerta is el ritnu,d e la actividad.




ONDAS THETA:
Amplitud: 10-50 microvolts. Frecuencia: 4-7 (c.p.s.) l le 01
Se encuentra enmascarada c n el 11-11por la Onda Alfa.
Aparece en diferentes ocasiones• Soñolencia (o somnolencia).











ONDAS DELTA:
Amplitud: 75 microvolts. Frecuencia. 0,5-3 (c.p.s.) llcrt1 Morfología: Variable. Circunstancia: Ondas del sueño Si aparecen estando despicilos mal,




De ahora en adelante usaremos relajamientos indicando el tipo de nivel Alta. La metodología puede ser la siguiente:

1. Lectura o reflexión de la Biblia.
2. Lograr nivel Alfa con las técnicas a continuación señaladas.
3. Pequeña motivación.
4. Contemplación íntima a nivel teológico.
5. Despedida filial junto con 20 respiraciones profundas, acompañadas por el m„vnn,r,i de cada una de las partes del cuerpo anteriormente relajadas y solamente al final
los ojos.
VIII Illl

IA DE RAR EL NIVEL ALFA.
A. Asiento
1.larás una aspiración, profunda cada vez que escuches la palabra "re.lárate". Piensa en el universo.
Para rrelalar tu cuerpo, voy a nombrar algunas partes del mismo, para llevarte a esos niveles más profundos de ti.
Ningún ruido te va a mrolestar, incluso, cada uno de ellos debe ilevairte a lo má=s profundo de ti. Intégralos.
- Piensa en la parte superior de tu cabeza.
Siente la circulación de tu sangre que pasa por tus tejidos. Siente esa vibración de descanso.
floja tus músculos.
- Descansa tus ligamentos.
- Acaba con tus tensiones.
Al, decir "relájate'", cesarán todos los movimientos de tu cuerpo y de tu mente.
- Ahora tu frente, tus ojos, tus párpados sienten lo agradable que es esa posición de descanso.
Desea fuertemente eliminar todas tus tensiones.
Lleva esa relajación a tu cara, deséala fuertemente, haciendo que tu expresión cambiie, que sea apacible y tranquila.
/I I
- Piensa en todo lo anterior, en tus cejas, cerebro, tejido, garganta,
fosas nasales, labios, frente.
Seguirás escuchando mi voz y mis instrucciones para ti.
Las deseas y las aceptas porque son un bien para tu cuerpo fat i}~,,~
do.
- Piensa en tu cabeza, en tu nuca: mueve lentamente y en círculo la
cabeza para quitarle la rigidez.
- Siente la piel que cubre tus hombros, tus espaldas, todo tu cuca
po. ¡Qué agradable es ese descanso!
- Relájate profundamente.
- Siente el oxígeno que te penetra en tus pulmones, siente los lat i
dos de tu corazón.
Ahora son suaves latidos tranquilos, tu circulación es perfect anic n
te descansada.
- Reconoce tus órganos internos para relajarlos como los otros. - Siente tus piernas, relajadas también.
- Respira profundamente varias veces: piensa en todo tu cuerpo.
Siente tu cuerpo sorpresivamente pesado, como si fuera de concreto, co
mo si flotara.
- Pregunta ahora: ¿Lo siento? ¿Deseo sentirlo plenamente relaja
do?
Esta es la relajación profunda. Respira profundamente y siente el
relajamiento total de tu mente y de tu cuerpo.
Debes mantener tu mente pasiva y pensando en cosas maravillo
sas. Tu mente está plenamente relajada.
Estás cómodamente tranquilo (nivel alfa). Alfa es el nivel apto pa
ra la meditación profunda. Tu mente está receptiva, tus sentirme ufos est ro
en paz.
Vive esta terapia centrada en ti. Siente que eres capaz de hacer lo
que te propones. Tienes derecho a ser feliz.
B. Relajación integradora

A partir de las ondas alfa puedo comunicarme con 3cszrti




80
1. CONTACTOS CON LA REALIDAD AMBIENTAL

(Con los ojos cerrados)
Con el ambiente natural: clima, sonidos, aire, etc.
- Con el campo social: ciudad, grupos humanos. Con la situación familiar o comunitaria que se vive.
2. RELACION CON EL PROPIO CUERPO
(en una postura cómoda)
- Respira lenta y profundamente, exhalando de igual forma.
- Percibe la atracción que la tierra ejerce sobre tus pies hasta captar que ese hecho te hace sentir que los pies están pesados. Cuando te percates de ello te parecerá que pesan más de lo ordinario.
- Percibe la misma sensación de pensatez, flojedad y relajación en cada una de las partes restantes de tu cuerpo.
3. RELACION CON LA REALIDAD SIQUICA PERSONAL
- Trata de hacerte cargo de tu estado emocional de este mismo momento: alegría, tristeza, paz, intranquilidad, etc.
- Con la ayuda de tu fantasía creadora, visualiza un paisaje natural en el que hallas experimentado quietud y alegría, valiéndote de todos los sentidos: vista, olfato, oído, tacto, etc.
4. RELACION TEOLOGAL CON EL FONDO DE LA REALIDAD

- Desciende, con la ayuda de la fe, al centro más profundo de la personalidad, abriéndote a la presencia amable del Padre, de Jesucristo y del Espíritu Santo.
Recuerda algún rasgo de tu propia experiencia, de la experiencia de otra persona, o de la Sagrada Escritura, que te estimule a una relación de amistad, por medio del amor con alguna de las personas de la Santísima Trinidad. Intenta vivir el amor en vez de reflexionar sobre el amor, un amor de correspondencia al amor de Dios que te ama sin cesar.
- Cuando estés a punto de terminar, despídete de la persona divi
Mi
81
Po.
na con quien has estado en contacto. Haz, al mismo tiempo, un acto de esperanza que te permita transformar tu vida o tu ambiente en el fut uu o,
apoyándote en la seguridad de Dios.

5. CONCLUSION (abre los ojos después de dos minutos)
- Vuelve a respirar profundamente.
- Empieza a mover lentamente las manos, los pies, el cuello, etc. - Abre los ojos poco a poco, tomándote dos minutos.
Nunca interrumpas la oración ni abras los ojos sin tomarte ese tic ni
6. DESPEDIDA
Con amor, hecho esperanza, alegría, despídete del Dios
tripersonal- respira profundamente durante dos minutos, inspirando por la nariz y espirando por la boca. Al final, abre los ojos.

C. Relajación concentrativa (nivel alfa)

- Previa relajación.
- Me siento cómodamente.
- Cierro los ojos.
- Percibo los sentimientos que me animan en ese momento...
- Percibo el ritmo de la respiración y del ambiente físico: tempera tura, ruido, etc.
- Con la fantasía me traslado a un lugar agradable donde me sien ta bien. Me detengo con atención y gusto en un objetivo preciso: una flor, un animalillo, etc. Lo acaricio, percibo su olor, su calor, su belleza, etc. Me deleito en su contemplación.
- Ahora me relajo, dando orden a cada parte del cuerpo exhalando al unísono.
NIVEL ALFA:
Relación con el propio cuerpo (en una postura cómoda)
- respira lenta y profundamente, exhalando en igual forma.TQM P.FORBES SDB.